La Agrupación Ciudadana por la Educación Pública de Villa de Vallecas (ACEPVIVA), en la que participan AMPA y asociaciones vecinales, se moviliza el próximo domingo 22 de octubre por el maltrato que en su distrito sufre la educación pública frente a la privada concertada. Así, impulsa una manifestación que, de negro, empezará a las 12:00 en las puertas del colegio Loyola de Palacio (C/Embalse de Navacerrada, 60)..

modelo educativo de la libertad de elección de centro, tan defendido en los últimos tiempos por el Gobierno de la Comunidad de Madrid, no es real en Villa de Vallecas. Año tras año, al llegar el periodo de admisión escolar, las familias que apuestan por la educación pública se enfrentan a la misma realidad: centros sin terminar, masificados, a más de 5 kilómetros de su domicilio o, incluso, inexistentes, tal y como lleva años denunciando ACEPVIVA, plataforma constituida por las AMPA y AFA de los centros públicos del distrito y la Asociación Vecinal del PAU del Ensanche de Vallecas.

En esta ocasión la queja vecinal se centra en reclamar la construcción de un segundo instituto público en el Ensanche de Vallecas. En este barrio de Madrid, con más de 3.500 chavales y chavalas con edades comprendidas entre los 12 y los 17 años, existe un sólo centro público de educación secundaria frente a cinco centros privados concertados. Tal es la situación que la Consejería de Educación, tras ignorar las protestas y advertencias realizadas durante años por ACEPVIVA, se ha visto obligada a convertir el CEIP Loyola de Palacio, un centro de infantil y primaria, en CEIPSO (Centro de Educación Infantil, Primaria y Secundaria Obligatoria).

“Lejos de ser una buena noticia, como la Comunidad de Madrid ha intentado hacer creer a las familias, es lo peor que le puede pasar a un centro educativo”, asegura Ana Cánovas, representante de ACEPVIVA. Introducir alumnado de secundaria en un centro diseñado para infantil y primaria supone una merma en la calidad educativa para todas las etapas. Clases específicas de primaria e infantil que se pierden, falta de aulas específicas para secundaria, pérdida de plazas para educación infantil, masificación de zonas comunes, falta de profesorado especialista en materias como latín, economía…son algunas de las consecuencias, a lo que se suma la pérdida de adscripción a un instituto de referencia y la incertidumbre de las familias sobre qué sucederá en bachillerato y en los cursos superiores de secundaria.

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