Juan y Óscar van juntos a clase y ya empiezan a hablar de la Navidad, la carta a los reyes, las vacaciones. Están muy emocionados, les encanta la Navidad y sobre todo los regalos. Juan le pregunta a Óscar:
– Has hecho ya la carta a los reyes?? Dice Óscar
– ¿Qué has pedido??
– Un coche teledirigido, un juego para la play, una tablet, un juego de magia y creo que ya está.
– Guau!!!
– ¿Y tú??? ¿Qué le vas a pedir a los reyes magos???
Juan se quedó pensativo y dijo:
– ¿Se les puede pedir tiempo??
– ¿Tiempo??? Pues no sé…¿Por qué??
– Quiero pedirles una tarde con mis padres.
Esta historia puede reflejar la Navidad en cualquier hogar de un país desarrollado de este siglo. Muchos nos vemos identificados y pocos hacemos algo para remediarlo. Nuestros hijos tienen tantos juguetes que se aburren y no los valoran. Si supiéramos el flaco favor que les hacemos comprando todo lo que piden, tal vez dejaríamos de hacerlo. ¿Cuántos juguetes traen los Reyes Magos a tu casa? ¿Más de dos? Puede que más de dos ya sea mucho. Luego habrá uno en cada casa de los abuelos, otro en casa de los tíos, otro en casa de la madrina y otro en casa de tu prima. Total 10 ó 12 regalos por niño el día de Reyes. Falta sumar los del caga tió y Papa Noel. Demasiados regalos para poder jugar con todos, demasiados para poder apreciarlos, demasiados para poder jugar un buen rato con cada uno. ¿Os habéis fijado cómo abren los regalos los niños? Abren uno y rápidamente otro y otro, hasta que no acaban, no se paran ni un momento a observarlos. Ven la caja y siguen, no los montan, ni los abren, ni siquiera los miran más de un minuto y a por otro.
Les llenamos el día de actividades y las habitaciones de juguetes, pero no les damos tiempo, tiempo para jugar con ellos, tiempo para disfrutarnos, tiempo en familia.
Creo que hay muchos padres que ya han visto lo que digo, lo han visto mirando a los ojos de sus hijos. Pero para poder cambiarlo vamos a necesitar hacer algo más:
- Escribe la carta de los Reyes con ellos: guía lo que piden, diles que elijan bien porque no pueden ponerlos todos. Los reyes Magos irán muy cargados si tienen que llevar 10 regalos a cada niño! Así aprenden a priorizar, a renunciar a cosas y a elegir lo que más les gusta.
- Una carta no está acabada si no se pide un deseo: no dejes que en la carta de tus hijos haya solo juguetes, anímalos a que pidan un deseo, un deseo de verdad, un deseo que no se toca, un deseo que no sea material.
- Fomenta el altruismo: haz que pida algo para los demás. Para su hermano o hermana, para el abuelo o para los niños pobres, da igual para quién, pero que no pida solo para él. Debe aprender a pensar también en los demás y en que regalo le puede gustar a otro.
- Regala tiempo: el caga Tió puede traer unas entradas para ir al teatro juntos o un día en familia. Papa Noel puede traer una carta muy bonita que explique lo importante de estar juntos en Navidad o puede regalar tiempo para usar como ellos elijan. Haz lo posible por pasar tiempo con ellos, tiempo de calidad.
- Enséñale la otra cara de la Navidad: las luces, los pesebres, la ilusión, el frío, las comidas familiares… Haz que se fije en otras cosas que están en Navidad y que no son juguetes.
- La regla del 3: no más de tres regalos por niño. Difícil de cumplir, ¿verdad?. Pues guarda el resto de juguetes en un armario y los vas sacando a lo largo del año. Que disfruten de tres, que jueguen con ellos hasta cansarse y dentro de un mes tendrán otro juguete nuevo que disfrutar. Así le dedicarán el tiempo que cada regalo merece.
- Regala originalidad: enséñales que los regalos pueden ser algo más.Regala cosas que no pidan, regala un cuento y explícaselo, regala imaginación, teatro, música…Regala una poesía o un juego de pistas por la montaña, o por tu casa, que tengan que buscar los regalos escondidos. Regala una excursión para ver un río, regala manualidades para hacer contigo o juegos de mesa. Regales lo que regales, que sea algo que se pueda compartir con todos.
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