Esta semana se está celebrando en Praga el XXII Congreso Europeo de Obesidad y las previsiones de los expertos no son nada esperanzadoras. Por el contrario, son bastante alarmantes, especialmente para España: aunque la tasa de obesidad y sobrepeso crecerá en toda Europa, España será de los países que será de los más afectados. En la actualidad, un 19% de la población es obesa y en 2030 podría aumentar hasta el 30%.

Con este panorama tan negro, y teniendo en cuenta que nuestros hijos de aquí a quince años serán adolescentes o ya adultos, nos hace pensar que debemos comenzar ya mismo a tomar medidas para intentar revertir esta situación. Aún estamos a tiempo, pero ¿qué podemos hacer los padres?

Os indicamos aquí dos consejos para prevenir la obesidad infantil:

Alimentación sana

Una vez que el niño comienza con la alimentación complementaria a los 6 meses (complementando la lactancia materna hasta como mínimo los 2 años), es importante establecer una base saludable.

  • Permite a tus hijos que experimenten con los alimentos, que los manipulen, los huelan, los coman en trocitos en lugar de en purés o papillas (Baby Led Weaning).
  • No añadas sal a la comida del bebé
  • Cocina en casa de forma saludable: a la plancha, en guisos o al horno y reduce los fritos.
  • Evita la bollería industrial y alimentos ricos en grasas saturadas; prefiere alimentos caseros
  • Ofréceles frutas y verduras «sin camuflar» desde que son pequeños
  • Reduce el consumo de proteínas en la dieta infantil
  • Controla el tamaño de las raciones
  • Ofréceles snack saludables

Práctica de ejercicio

La alimentación sana es muy importante, importantísima, para prevenir la obesidad infantil, pero siempre que vaya acompañada de la práctica de ejercicio.

El sedentarismo es malísimo, pero más lo es en la infancia, cuando los niños están creciendo y necesitan hacer actividad física para fortalecer músculos y huesos y para «programar» su nivel de actividad física para el resto de su vida.

Jugar al aire libre, practicar deporte, saltar, correr, montar en bici, nadar…. Lo que sea pero siempre en movimiento, aunque sólo sean unos minutos por día. Está en nosotros, los padres, fomentar una vida activa en nuestros hijos, y por supuesto dar ejemplo.

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