Aunque no hay datos oficiales, se calcula que en España hay entre 2.000 y 4.000 niños que están siendo educados en casa. Los motivos que llevan a los padres a tomar la decisión de desescolarizar a sus hijos son muy variados, pero en general estas familias consideran que el sistema oficial no responde a sus necesidades, por lo que deciden embarcarse en la difícil pero apasionante aventura de asumir la educación integral de sus hijos.
Se han hecho muchos estudios sobre el homeschooling y, en contra de lo que se pueda pensar al oír hablar de ello por primera vez, las familias que toman esta decisión no suelen hacerlo por motivos religiosos ni pertenecen a grupos de ideologías extremistas o fanáticas. Son personas normales, muchas veces con estudios superiores, que buscan ofrecer a sus hijos un ambiente educativo diferente al que ofrece la enseñanza convencional.
Cada niño, a su ritmo
Una de las ventajas más evidentes de esta modalidad educativa es la individualización de la enseñanza. “El homeschooling te permite personalizar el proceso de aprendizaje de cada niño según sus características, sus necesidades y sus intereses”, explica Laura Mascaró, presidenta de la Plataforma por la Libertad Educativa. Frente a las aulas cada vez más masificadas de los centros escolares y un sistema de enseñanza que no siempre permite respetar los ritmos de desarrollo de cada niño, los defensores de la educación en casa argumentan que este método les permite una mayor flexibilidad, ya que se puede adaptar la enseñanza a las necesidades concretas de cada niño.
¿Niños asociales?
Muchas personas se preguntan si no será perjudicial el que los niños estén aislados, que no interactúen tan a menudo con otros ni se las tengan que arreglar ellos solos sin la presencia de sus padres, tal y como sucede en los colegios reglados. “Cuando un chico o una chica va a un centro educativo convive con la realidad social que tiene en su pueblo o barrio”, indica Jesús Salido, presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos.
Sin embargo, los padres que optan por educar en casa suelen ser muy conscientes de la importancia de la socialización de sus hijos, y este es un aspecto que no se descuida: “Educar en casa no significa que los niños estén todo el tiempo allí metidos y acompañados de sus padres”, explica Laura Mascaró. “Muchos hacen actividades ‘extraescolares’ y participan en actividades con otras familias homeschoolers, relacionándose así con adultos que no son sus padres. En ningún caso están aislados sino que tienen la oportunidad estar con todo tipo de gente en diferentes entornos”.
Otra de las críticas a este sistema de enseñanza radica en que los niños crecen influenciados casi en exclusiva por las creencias y convicciones de sus padres. “Si bien este sistema permite la transmisión de valores que no siempre son posibles en ambientes educativos tradicionales”, indica María Belando, profesora en la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid, “también se corre el riesgo de sobreprotección, y de que algunos padres pretendan hacer de sus hijos los ‘rehenes’ de sus convicciones y de su visión del mundo”.
¿Es legal desescolarizar a los hijos?
Mientras que en muchos países como Bélgica o Austria la educación en casa está legalizada, en otros como Alemania y Suecia se trata de una práctica ilegal. En España no hay una regulación específica al respecto y, según explica la Asociación Educación Libre en su página web, “el homeschooling no está reconocido explícitamente como opción educativa, siendo así hay que tener en cuenta que en la Ley Orgánica de Educación se habla de la “escolarización obligatoria” de los niños durante la enseñanza básica, que comprende entre los 6 y los 16 años de edad. A pesar de todo, el homeschooling no está expresamente prohibido en ningún texto legal”. Generalmente, las asociaciones de padres homeschoolers disponen de abogados para ayudar a las familias en el caso de que haya denuncias y, una vez que se demuestra que no hay abandono ni maltrato, no se suelen producir más problemas legales.
Por otro lado, muchos padres que se plantean educar a sus hijos en casa se preguntan si estos van a tener algún problema en el caso de querer incorporarse más adelante al sistema reglado. “Para sacarse el título de la ESO hoy en día hay varias opciones”, explica Laura Mascaró. “El alumno puede incorporarse en 4º de ESO y hacerlo presencial; sacarse un título extranjero a distancia y después convalidarlo por el español; o bien examinarse por libre en la convocatoria de adultos a los 18 años”. Además, en contra de lo que se pudiera pensar, por lo general estos niños presentan resultados académicos muy superiores a la media y no tienen problema en incorporarse al sistema de enseñanza oficial para cursar estudios superiores.
¿Cómo regular el homeschooling?
¿Se debe reclamar la regularización de la enseñanza en el hogar? Según María Belando sí que sería necesario un control al respecto: “Los homeschoolers debieran ser sometidos periódicamente a algún tipo de control educativo y psicosocial por parte de expertos para medir si su aprendizaje es completo y homologable al de los niños y niñas escolarizados”. La Plataforma por la Libertad Educativa, sin embargo, no piensa que sea necesaria la plena legalización del homeschooling: “Proponemos medidas para evitar la persecución a que actualmente se ven sometidas algunas familias. Consideramos que, una vez que los servicios sociales han comprobado que el menor está siendo educado y que no hay abandono ni ningún tipo de perjuicio para él, se deben archivar los casos y no ser remitidos a la fiscalía de menores, como sucede actualmente”, nos explica Laura Mascaró.
Muchos de los padres que deciden hacerse cargo de la educación integral de sus hijos denuncian la falta de alternativas en los sistemas oficiales. “En Suecia el homeschooling no es legal, pero allí tienes a tu alcance un amplio abanico de pedagogías y metodologías educativas”, explicaban los representantes de la Asociación por la Libre Educación en la última edición de Biocultura Madrid. “Quizá en esos países no sentiríamos la necesidad de desescolarizar a nuestros hijos, allí es más fácil encontrar un centro que se adapte a lo que buscamos”. Lo mismo sucede con los casos de niños conflictivos. “Recuerdo un caso hace años, de un niño de 4 años cuyos padres habían decidido escolarizar en casa porque habían tenido un problema de convivencia y en su centro no habían sabido acometerlo de forma adecuada para la familia”, explica Jesús Salido. “En realidad, lo suyo sería que el sistema se hiciera cargo también de estos casos, porque no todas las familias pueden permitirse desescolarizar a un hijo y educarle en casa”.
¿Qué hay que hacer para educar en casa?
Aunque no es necesaria una formación específica, hay que tener en cuenta que educar a los hijos en casa requiere tiempo y mucha voluntad. “Yo aconsejo informarse bien de todas las opciones, tanto a nivel pedagógico como de la situación legal. Es bueno buscar familias de la zona que eduquen en casa o, al menos, contactar con ellas por internet. Muchas familias tienen blogs o páginas en Facebook donde comparten su día a día y sus reflexiones”, recomienda Laura Mascaró.