Los padres multifunción pueden caer en el error de asumir roles que no les corresponden, como en el caso de ser profesores de sus hijos en casa. Sin embargo, sobrepasarse con el papel de enseñar contenidos curriculares a los hijos en casa, desde la presión y la competitividad, genera niños estresados y conflictos. Conviene no perder de vista el hecho de que “ser padres conlleva implicaciones de mayor tiempo de dedicación y enjundia que no conviene mezclar con convertirse también en profesores de los hijos tras la jornada escolar. El hacerlo, conlleva debilitar la autoridad, conocimientos y experiencia del profesor. Con esta actitud, a la larga, los niños desestiman el mando de los padres porque han abarcado áreas que no les correspondían”, explica Pilar Muñoz, psicopedagoga.
Cuanto más nivel formativo de los padres, mayor exigencia con los hijos
Es habitual que los progenitores con más formación académica tiendan a asumir en mayor medida el rol de profesores exigentes con sus hijos. “En general, los padres universitarios son más invasivos, porque consideran que saben más que el maestro. Por otro lado, las expectativas rígidas llevan a los padres a estar hipervigilantes con el rendimiento escolar de sus hijos y el sentido de la competitividad crea altas expectativas con ellos para que superen el nivel que corresponde a su grupo escolar”, añade Muñoz.
Los prejuicios a la hora de establecer arquetipos pueden complicar la situación con respecto a compaginar la educación en casa con la formación escolar. Conviene descartar valoraciones como que “los profesores no saben; que los padres son muy listos o que los niños son peores que en generaciones anteriores, ya que se genera un triángulo vicioso. La inversión y aceptación de roles que no corresponden puede acarrear verdaderas guerras campales para hacer los deberes en casa, con las que nadie sale beneficiado”, afirma Muñoz, que recomienda varias pautas para evitarlo, como:
- Habilitar un tiempo y espacio fijos y libres de tensión para que los niños realicen sus tareas escolares desde corta edad con el objetivo de que asienten la rutina de realizar actividades sedentarias.
- Ajustar el tiempo de dedicación a los deberes según la edad del niño. Lo recomendable son diez minutos por año de vida escolar. De forma que, en primer curso de Primaria, se asignen solo diez minutos diarios y se aumente cada curso la misma cantidad de tiempo, porque a partir de esos minutos, el niño pierde la atención y no hay rendimiento.
- Disminuir las actividades extraescolares, porque no es recomendable que un niño tenga una agenda demasiado apretada, que derive en estrés.
- Reducir la cantidad de deberes, lo que se debería fomentar desde el propio centro escolar.
- Facilitar la autonomía del niño. De modo que, si ha hecho las tareas en clase y los conceptos están comprendidos, necesitará dedicarle poco tiempo en casa.
- Garantizar un buen comienzo y un mejor final. Es recomendable hablar con los niños cuando llegan a casa sobre los deberes que tienen para ese día, supervisarles sin presión y preguntarles si necesitan ayuda. Hay que evitar borrar lo que han hecho mal y nunca hacer su tarea los adultos, porque el profesor puede tener una percepción errónea sobre la evolución del aprendizaje del alumno.
- Evitar sobrepasar el rol de padres para poder discernir si el niño realmente necesita ayuda con su tarea escolar o se trata de una actitud de protagonismo y de comodidad por parte del pequeño.
- Aprovechar las nuevas tecnologías para mantener una comunicación fluida con los profesores y saber a través del correo electrónico u otro tipo de aplicaciones sobre cuestiones, como la asistencia del alumno a las clases y otro tipo de actividades del centro escolar.
- Evitar comparaciones, murmuraciones y juicios del colectivo de los padres hacia los profesores, porque perjudica el vínculo entre el profesor y el alumno.
- Evitar profesores particulares durante el ciclo de Primaria, porque se refuerza que el niño eluda la responsabilidad de hacer el ejercicio de comprensión en el colegio y de preguntar al profesor, ya que se lo van a explicar en casa.
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