La reapertura de los colegios en septiembre causó un auténtico quebradero de cabeza a las autoridades sanitarias y a los Gobiernos, preocupados por el impacto que podría tener en los rebrotes la propagación del coronavirus entre los niños. 

El desconocimiento sobre cómo afectaba el virus a los más pequeños aumentó la incertidumbre en torno a la vuelta al colegio, que en otros países ya se había efectuado con resultados diferentes.

Los estudios que confirmaban que los niños se contagian igual que los adultos, el miedo a que la temporada de gripe coincidiera con la segunda ola de coronavirus y la dificultad de identificar a los casos positivos no hizo más que aumentar la presión sobre la seguridad de la vuelta al colegio.

Más de dos meses después, los datos recogidos a nivel mundial revelan que las escuelas pueden abrir con seguridad con las medidas adecuadas y que la transmisión entre alumnos no está siendo un factor en los nuevos rebrotessegún asegura una revisión realizada por Nature.

«Lo que se necesita para la vuelta al colegio es tenerle respeto al virus y tomárselo en serio», advertía Quique Bassat, pediatra e investigador ICREA en ISGlobal, en una entrevista publicada en Business Insider España en la que reivindicaba que la opinión de educadores y pediatras es que los alumnos debían volver a las aulas para continuar con la educación de forma presencial y que esto podía hacerse de forma segura.

El tiempo le ha dado razón y esta confirmación podría ser determinante ahora que España se prepara para un posible confinamiento domiciliario. Algunas comunidades autónomas han empezado ya a plantear la posibilidad y, aunque el Gobierno denegó la solicitud de Asturias, se sabe que trabaja en un borrador que articule el marco jurídico para que esta medida pueda darse.

Por lo que se conoce, el nuevo confinamiento domiciliario sería más flexible que el de marzo y, entre otras consideraciones, permitiría que los colegios siguieran abiertos para garantizar que los alumnos puedan continuar con la educación presencial.

En ese sentido, sería un modelo similar a lo que ha ocurrido en Francia, que ha decretado el confinamiento en casa, pero mantiene escuelas y parques abiertos para los niños. «Tenemos el deber de mantener abiertas nuestras escuelas, el futuro de nuestra juventud y, por tanto, de nuestro país, está en juego», aseguró el ministro de Educación, según recoge eldiario.es

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