El informe Delors afirma que “la educación tiene la misión de permitir a todos, sin excepción, hacer fructificar todos sus talentos y todas sus capacidades de creación, lo que implica que cada uno pueda responsabilizarse de sí mismo y realizar su proyecto personal”. La educación en la vida se basa en cuatro pilares: aprender a conocer (aprender a aprender), aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser. El informe presentado a la UNESCO (United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization), dicta que, además, “es un proceso continuo y permanente, constantemente actualizado y que está en plena calidad”. De todo esto se rescata que el aprendizaje no solo tiene que ver con las enseñanzas en el aula, sino con realización personal y la interrelación con los demás.
El Primer Estudio Nacional sobre la Educación Emocional en los Colegios en España de Idiena (Instituto de Inteligencia emocional y neurociencia aplicada), hecho a estudiantes, directores de instituciones educativas y maestros aporta datos sobre la baja existencia de programas de desarrollo emocional. También refiere la necesidad de diversas habilidades a desarrollar en los centros educativos como la empatía, la resiliencia o la gestión emocional. Solamente el 5% de los colegios españoles ofrece alguna herramienta sobre educación emocional.
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