Esta afirmación recurrente se hizo más popular con la crisis económica. El hecho de querer recortar en educación y por tanto, expulsar a docentes para “ahorrar”, llevó a algunos políticos a hacer creer a la ciudadanía que los docentes eran unos vagos y que había que hacerles trabajar.
En primer lugar, según el nuevo Informe de la OCDE sobre educación (http://www.mecd.gob.es/dctm/inee/internacional/panorama-de-la-educacion-2015.-informe-espanol.pdf?documentId=0901e72b81ee9fa3) como podemos ver en la siguiente imagen, los docentes españoles cuentan con un número de horas lectivas superior a la media de la OCDE y en secundaria también superior a la media europea.
En este otro documento, http://www.feteugt.es/Data/UPLOAD/GAB%20horario%20profesorado%20europeo.pdf podemos ver cómo los docentes españoles cuentan con un número de horas lectivas de 25 en primaria, uno de los países con mayor carga y 20 en secundaria, también uno de los países con mayor carga, a lo que hay añadir otras tantas a disposición del centro. En el caso de secundaria, si analizamos el número de horas con las que contarían las docentes para la preparación de clases, (horas que no son lectivas ni de dedicación al centro) los docentes españoles son los que contaría con un menor número de horas. Por ejemplo en Francia, Alemania o Dinamarca disponen de 17 horas frente a las 7,5 de España. Y es que aquí los docentes cuentan con un horario lectivo al que hay que sumar numerosas horas dedicadas a cuestiones administrativas que dificultan la preparación de las clases. Esta situación ha empeorado con el aumento de las lectivas de 18, con las que cuentan muchos de los países de nuestro entorno, a 20.