“Mamáaaaaaa”… Un grito que suele rasgar la noche o aparecer en pleno día. ¿Os suena? Seguro que sí porque los miedos infantiles están presentes desde la primera infancia y, si bien van cambiando y toman diferentes dimensiones de un niño a otro, casi todos los peques los experimentan más tarde o más temprano.

¿Qué son los miedos infantiles?

Los miedos infantiles son temores que el niño expresa buscando la protección de sus padres. Se producen generalmente a partir de los 6 meses de vida, algo que se puede evidenciar en el temor del bebé hacia los extraños o hacia los ruidos y más tarde con las ansias de separación, y demuestran una cierta madurez en el niño.

Seguramente os preguntéis: ¿madurez? Pues sí, porque tener miedo implica estar descubriendo el mundo, un mundo que aún no son capaces de comprender pero que poco a poco les abre un panorama inmenso de posibilidades. Y tantas posibilidades generan miedo, suena lógico, ¿o no?

Los miedos y los niños

Por lo general, los miedos infantiles son parte normal de la evolución de los niños. Se trata de miedos que se superan con el tiempo y que son generales a la mayoría de los peques. Veamos los miedos infantiles más comunes según las edades en las que se experimentan:

  • Durante el primer año:por norma general, los bebés tienen miedo de los ruidos fuertes, los extraños y a separarse de los padres.
  • Entre los 2 y 4 años:la imaginación de los peques está en continuo movimiento y eso puede jugarles malas pasadas. Es la época de los miedos a los monstruos, a los truenos y las tormentas, al daño físico, a los animales, a la oscuridad y a separarse de sus padres.
  • Entre los 4 y los 6 años:el miedo al daño físico, la oscuridad y a los monstruos u otros seres fantásticos suelen ser los predominantes.
  • A partir de los 6 años:algunos niños continúan temiendo a la oscuridad y a los seres “que habitan en ella”, se suma el miedo a los seres malvados como ladrones o secuestradores y aparece una temática que hasta el momento no existía en la mente infantil, la muerte (acompañada del miedo al daño físico y los accidentes).

Consejos para ayudar a los peques a superar los miedos

Nuestro primer consejo es “sed pacientes y esforzaos por comprender a vuestros hijos”. Todos hemos sentido miedo, de hecho: ¿quién no recuerda pasar corriendo frente a la cama de papá y mamá de noche porque ahí debajo vivía un monstruo? Cada uno de nosotros ha padecido miedos infantiles y los ha superado… a su debido tiempo. Por eso, nada mejor que la empatía para acompañar a nuestros hijos, sin desmerecer sus miedos, entendiéndolos y meciéndolos entre nuestros brazos.

Dialogar con los niños es fundamental para explicarles que tener miedo no es malo sino natural, que todos tenemos miedo en algún momento, que los entendemos y que queremos ayudarlos a analizar si el miedo que sienten tiene fundamentos o no. La idea es acompañar al niño, no hacer que afronte drásticamente el miedo (porque podemos empeorarlo) ni burlarnos o reírnos de él. Cada sentimiento es importante y debe ser valorado como tal.

Veamos algunos consejos puntuales para determinados miedos infantiles:

  • Si el niño tiene miedo a los extraños, es bueno conversar con él explicándole que si los “extraños” están con papá o mamá (u otro familiar), no deben tener miedo. Al mismo tiempo, es importante enseñarles desde pequeños a no aceptar nada de extraños. Desconfiar no es tener miedo.
  • En el caso de que el niño tenga miedo a la oscuridad, es bueno generar un ambiente de relajación en la habitación antes de dormir y si la oscuridad total le genera malestar, una pequeña luz de noche o la luz encendida en el pasillo lo pueden ayudar. No es grave, con el tiempo lo superará.
  • El miedo a los monstruos puede ser solucionable si construimos un spray contra monstruos o revisamos juntos el armario y bajo la cama antes de dormir. Un osito que acompañe al niño y lo proteja también es una buena opción.
  • ¿El peque le teme a los animales? Es bueno generar confianza en el niño leyendo cuentos de animales y acercándose junto a él a cachorros para que los conozca y acaricie. Por supuesto, siempre enseñándole que no debe acariciar animales desconocidos. Precaución, no miedo.

Como veis, los miedos infantiles son comunes a la mayoría de los niños. Con paciencia, amor y dedicación vuestros hijos superarán estas etapas…

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