El programa bilingüe de la comunidad de Madrid es un programa implementado a gran escala que afecta a muchísimas personas más allá de los estudiantes. Iniciado en 2004 con 25 colegios, en el curso 2015/2016 ya había 353 colegios públicos, 181 centros concertados y 110 institutos bajo el programa bilingüe. Entre los agentes directamente involucrados encontramos alumnos y sus preocupados padres, los colegios e institutos encargados de implementar la enseñanza bilingüe, partidos políticos haciendo campaña a golpe de política educativa (cómo no) e investigadores y expertos interesados en el impacto de semejante programa educativo. Quizá por sus grandes dimensiones, el programa levanta siempre mucho interés y mucha polémica. Para seguir mejorando este programa, es importante poder evaluarlo y así entender mejor su impacto sobre el aprendizaje de los alumnos buscando poder ofrecer una enseñanza de la máxima calidad.
Los resultados mostrados a continuación deben interpretarse con prudencia y teniendo en cuenta las limitaciones a las que se enfrenta el análisis. En concreto, se encuentra que la dificultad añadida de estudiar en un idioma extranjero tiene un impacto negativo sobre el aprendizaje de contenido. Este resultado no implica necesariamente que el programa bilingüe falle, sino que hay evidencia de lo que podría ser una consecuencia intrínseca de este tipo de programas. Este impacto negativo debería contrastarse con la potencial ganancia en el aprendizaje de inglés que es el principal objetivo del programa. El efecto negativo encontrado se concentra alrededor del estudiante en la mediana de la distribución de alumnos por colegio. Por la disponibilidad de datos, el estudio se limita a la enseñanza bilingüe en educación primaria. En este artículo, después de una introducción al programa bilingüe, se presentarán tres resultados: El efecto medio del programa sobre matemáticas, lengua y cultura general, el efecto medio sobre cultura general desglosado por componentes y por último el efecto del programa sobre la distribución del alumnos por colegio. La descripción del programa, datos y resultados están resumidos y simplificados pero la versión completa se puede encontrar aquí.[1]
Madrid Comunidad Bilingüe es un programa español – inglés que tiene como objetivo que los alumnos adquieran competencias en inglés utilizando directamente el idioma como medio de comunicación en asignaturas que de otra forma se impartirían en castellano. La idea es que los alumnos se expresen en inglés y se familiaricen con su uso de una manera más práctica sin valorar tanto los aspectos gramaticales como sería el caso en la clase de inglés y centrándose más en conseguir comunicarse. En la práctica, los alumnos de los colegios bilingües tienen todas las clases en inglés salvo matemáticas y lengua. En las asignaturas impartidas en inglés los profesores cuentan con un ayudante nativo de un país de habla anglosajona.
Para evaluar el efecto de la dificultad añadida de aprender en un idioma que no es el materno, se utilizan los resultados del test estandarizado Conocimientos y Destrezas Indispensables (CDI). Este test lo hacen todos los alumnos de sexto de primaria de la comunidad de Madrid independientemente del tipo de centro al que pertenecen: público, concertado, privado; bilingüe o no. El test tiene 3 partes, una de lengua y dictado, otra de matemáticas y otra de cultura general. El contenido de esta última parte se cubre en las asignaturas que se imparten en inglés en el programa bilingüe. Todos los alumnos realizan todas las partes del CDI en castellano.
Los resultados del análisis del efecto medio muestran que los alumnos del programa bilingüe lo hacen peor que el resto en la parte de cultura general. El efecto encontrado es pequeño pero significativo: los alumnos obtienen de media 0.233 puntos menos sobre una escala de 10 en cultura general. El mismo análisis no encuentra efectos significativos en matemáticas o lengua. El análisis utiliza una metodología de diferencia-en-diferencias con efectos fijos de colegio. El efecto estimado, obtenido utilizando datos de 2013 y 2015, es prácticamente igual en magnitud al efecto encontrado por Anghel, Cabrales and Carro (2015) utilizando datos de 2009 y 2010.
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