Un año más, nos encontramos inmersos en periodo de escolarización y en nuestro distrito, Villa de Vallecas, de nuevo asistimos impotentes a la irresponsabilidad de la CAM que, en su afán de cumplir las estadísticas y poder aseverar que un 93% de las familias del distrito entrarán en el centro elegido en primera opción, masifica los centros poniendo en riesgo sus proyectos educativos y quien sabe si su seguridad.

Desde la llegada del Ensanche de Vallecas al distrito, la media de nacimientos se sitúa en torno a los 1.500 y desde entonces, el número de plazas públicas ofertadas está muy por debajo de las necesidades existentes. Dado que lo habitual es escolarizar a lxs niñxs con 3 años, la Comunidad de Madrid no puede achacar su dejadez a picos de demanda que no puede prever. Es decir, hace al menos dos años que la Comunidad de Madrid sabe que en el curso escolar 2017-2018 tendría que escolarizar a 1.567 niñxs. Además, por si la Consejería de Educación se hubiera despistado, las AMPAs de Villa de Vallecas y nuestra propia Asociación, llevamos años advirtiéndoles.

¿Cómo se ha desarrollado el proceso de escolarización para el curso 2017-2018? De manera muy similar al resto de años:

Los centros del distrito ofertaron sus plazas en función del número de líneas para los que fueron concebidos y contando con que cada aula tendrá un máximo de 25 alumnxs, número fijado como óptimo máximo en el artículo 11 del decreto de requisitos mínimos para centros educativos de la Comunidad de Madrid. Ha habido años, como ocurrió en el CEIP José de Echegaray en el que la oferta de plazas fue mayor que las 4 líneas que puede albergar).
Las familias elaboran su listado de centros por orden de preferencia. Este paso no suele servir para mucho, pues normalmente sólo se toma en cuenta el primer centro, pues a la CAM lo que le interesa, como ya dijimos, es elevar sus estadísticas de familias admitidas en el centro de su primera opción.
Tras el reparto, existen centros con alumnxs no admitidos y centros con plazas vacantes.

Hasta aquí, más o menos todo normal, pero llegado este punto es cuando comienza el caos. Como la Comunidad de Madrid quiere «cuadrar sus números» comienza el aumento de líneas y ratios en diferentes centros, en lugar de llenar primero los centros donde aún existen plazas libres y que las familias han elegido en cuarta, quinta, sexta… opción. Así pues, el próximo curso, el CEIP Agustín Rodríguez Sahagún, el CEIP Juan Gris, el CEIP Loyola de Palacio y el Colegio Torrevilano tendrán un aula más de niñxs de 3 años (100 niñxs más de los previstos inicialmente) y el Stella Maris, Gredos San Diego y Zazuar aumentrán el ratio de sus aulas de 3 años a 28 alumnxs por aula, ¡una auténtica barbaridad!

Sin tener en cuenta las segundas, terceras y demás opciones enumeradas por las familias en sus solicitudes, el resto de niñxs que no hayan conseguido plaza, irán a periodo extraordinario de escolarización, procedimiento coordinado y gestionado por el Servicio de Apoyo a la Escolarización (SAE). Este periodo comienza con la nueva elaboración de una lista por parte de las familias que no han obtenido plaza en el periodo ordinario, un nuevo sorteo de letra y un nuevo calvario para las madres y padres. Este proceso ya es menos importante para la CAM, pues estas familias ya no entran en sus estadísticas de conseguir su primera opción.

¿Por qué quedan plazas libres siempre en los mismos colegios públicos?

Una vez que se terminan de repartir las plazas y de escolarizar a todxs lxs niñxs, las plazas para lxs alumnxs con característicasclase socioeconómicas y culturales bajas (procedentes principalmente de La Cañada Real y el Gallinero) que se escolaricen en septiembre, en el llamado periodo extraordinario, optarán a plaza en los centros públicos que aún tengan vacantes. Como el resto de colegios ya están saturados debido al aumento de líneas y ratios, este tipo de alumnado sólo puede escolarizarse en determinados centros públicos, al ser los únicos que tienen vacantes. De esta manera, estos alumnxs son sistemáticamente derivados a determinados centros públicos que, no por ello, reciben mayores recursos. Así, esos centros, año tras año, concentran un elevado número de alumnxs con dificultades, convirtiéndose en colegios estigmatizados que ninguna familia elige en periodo ordinario, volviéndose a repetir la historia el siguiente curso escolar. Este desequilibrio en la escolarización es patente entre centros públicos, pero es clamoroso y escandaloso cuando comparamos colegios públicos y concertados.

Desde las AMPAs del distrito y nuestra Asociación Vecinal llevamos años reclamando que en todos los centros, tanto públicos como concertados, se reserven plazas para obtener una oferta equilibrada de plazas en el proceso extraordinario a la que puedan acceder lxs niñxs que vienen en las rutas escolares de Cañada Real y Gallinero y el resto de pequeñxs del distrito con necesidades educativas especiales por su situación socioeconómica y cultural, evitando así la injusta estigmatización de determinados centros.

La Consejería de Educación achaca este desigual reparto del alumnado con dificultades a que las familias no eligen ciertos colegios, pero no es una explicación válida. Las familias eligen, sí, pero las administraciones debieran ser quienes ordenaran el caos y quienes pusieran cordura a todo este sinsentido de niñxs con un colegio al lado de casa, que terminan asistiendo a una clase masificada ubicada 3 km más allá de su domicilio.

¿Qué supone la ampliación de una línea en el Agustín Rodríguez Sahagún?

El primer colegio de nuestro barrio ha sido maltratado desde su creación. Se construyó por fases, se masificó con líneas y ratios y cuando parecía que habían conseguido estabilizar el número de líneas en 3 (para las que fue concebido), la CAM decide volver a convertirlo en línea 4 el próximo curso escolar. Este centro no tiene sala de profesores porque se convirtió en un aula, el espacio reservado para el AMPA no se puede utilizar en horario lectivo porque se utiliza como aula para niñxs con necesidades educativas especiales (NEE), la biblioteca se usa como sala de música, por lo que no siempre puede ser usada y, por tanto, no hay aula de música específica.

¿Qué supone la ampliación de una línea en el Juan Gris?

Este centro ya sufrió un aumento de línea hace dos cursos escolares, por lo que este nuevo aumento hace peligrar la continuidad de los espacios necesarios para impartir los apoyos necesarios a lxs alumnxs con NEE y otros espacios de uso común, así como el colapso del comedor.

En general el aumento de ratios y líneas implica:

Pérdida de espacios comunes para habilitarlos como aulas.
Dificultad para mantener el proyecto educativo del centro.
Aumento de los problemas de convivencia.
Espacios comunes, como el gimnasio, el patio y el comedor se quedan pequeños para asumir el aumento en el número de alumnxs.
Desequilibrio en la escolarización de niñxs con necesidades educativas especiales por sus características socioeconómicas y culturales.

Es inaceptable que la CAM se permita este tipo de prácticas de manea reiterada y consciente, a sabiendas que son lxs pequeñxs lxs que sufren las consecuencias. Es irresponsable que la Consejería de Educación, que debiera velar por el bienestar de lxs alumnxs y su educación, ponga en marcha toda esta maquiavélica maquinaria tan sólo para «cuadrar sus números». Mostbet Online Casino in Bangladesh 2024 Por ello, exigimos un cambio de política educativa en la CAM donde se prime el bienestar del alumnado, la calidad educativa y la enseñanza pública en lugar de las estadísticas.

Fuente: paudevallecas.org