Los alumnos de la Comunidad de Madrid que cursaron programas bilingües (enseñanza de algunas asignaturas totalmente en inglés) en Educación Primaria y Secundaria sacaron en 2016 una media de 0,72 puntos más en la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) que sus compañeros del programa en castellano —7,28 frente a 6,50—. En la prueba de inglés, casi un punto más. Además, las pruebas internacionales —TIMSS y PISA— arrojaron que los centros bilingües obtenían mejores resultados en todas las competencias evaluadas.
Son los datos que ofreció el pasado mes de diciembre la Comunidad de Madrid (CAM), los primeros en los que se podía comparar a estudiantes que habían terminado el programa bilingüe en todas sus etapas con el resto de compañeros.
Son datos positivos, pero no intente encontrar más información oficial sobre el impacto del bilingüismo en la trayectoria escolar de los alumnos, porque no la encontrará. La CAM, pionera en la implantación de estos programas en España, no ha ofrecido ningún recurso más para evaluar su impacto.
Investigadores afirman que existe «un efecto negativo sobre el nivel de conocimientos de los alumnos que han seguido el programa bilingüe en las materias impartidas en inglés»
Esta ausencia de un análisis oficial choca con la acumulación de críticas que sufre el sistema desde fuera. El primer zarandeo llegó el pasado mes de septiembre, cuando tras realizar un estudio de las capacidades de los estudiantes de primaria de los centros bilingües, un grupo de investigadores de la Universidad Carlos III avisaba de que habían «encontrado un efecto negativo sobre el nivel de competencias y conocimientos de los alumnos que han seguido este programa bilingüe en aquellas materias que se han enseñado en inglés».
“Estos alumnos y profesores están haciendo un esfuerzo adicional por el hecho de tener que enseñar y aprender las materias en un idioma que no es el suyo. Tienen que dedicar más tiempo y esfuerzo al aprendizaje del inglés, lo que puede afectar al aprendizaje de los contenidos específicos de materias como Ciencia, Historia o Geografía”, continuaban los investigadores.
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