¿Es el recreo un espacio educativo? ¿Respetan estos espacios la igualdad de oportunidades? En ocasiones el recreo corre el peligro de convertirse en un espacio de actividades mayoritarias que generan relaciones de desigualdad, exclusión y competitividad.
Desde el Colegio Santa Magdalena Sofía de Zaragoza, Fernando Orcástegui cuenta la experiencia que han llevado a cabo con alumnos de Primaria. El objetivo ha sido hacer del recreo un tiempo de alegría, convivencia y libertad, en donde el juego y la actividad física sean el vehículo para dejar a un lado los estereotipos y promover valores como el respeto y la inclusión.
En el proyecto educativo del centro se recoge la aspiración de que todo nuestro alumnado consiga el máximo desarrollo intelectual, social, emocional y espiritual. Para ello, desde hace años, ponemos en práctica medidas organizativas y metodológicas de carácter inclusivo para que el mayor número de ellos pueda alcanzar los objetivos educativos. No obstante, cuando evaluamos nuestro trabajo de los últimos años vimos que existían en el centro espacios en los que no estábamos dando la respuesta más adecuada a la diversidad del alumnado: descubrimos que el patio de recreo era un espacio que estábamos desaprovechando y que con la adecuada organización podíamos convertirlo en una oportunidad para el aprendizaje.
Así nace el Espacio Like, un proyecto diseñado conjuntamente por la Comisión de Atención a la Diversidad y el Departamento de Educación Física con la colaboración de los tutores de 6º de Primaria. Su objetivo fundamental es hacer del recreo un tiempo de alegría, convivencia y libertad en donde el juego y la actividad física sean el vehículo para dejar a un lado estereotipos y promover valores como el respeto y la inclusión. El proyecto comenzó a desarrollarse durante el curso 2015-2016.
Un espacio para la inclusión
La respuesta de los estudiantes fue extraordinaria con una alta participación, reducción de conflictos y la experiencia de que cualquier actividad lúdica, recreativa o deportiva tiene un valor educativo y supone un elemento motivacional desbordante.
Esto nos animó a seguir adelante, de manera que en el curso 2016-2017 continuamos con el proyecto. Lo cierto es que nos hemos sentido respaldados por la comunidad educativa, tanto por los chavales (que han respondido con su participación y voluntariado) como por las familias y la AMPA que han colaborado activamente. Además, está el profesorado y el equipo directivo que han dotado al equipo de libertad para trabajar en la línea de inclusividad y su apuesta por la actividad física y la educación en valores.
Los objetivos que nos marcamos han sido: desarrollar relaciones personales inclusivas, sensibilizar sobre el valor formativo del deporte, potenciar el recreo como espacio de encuentro positivo, superar los estereotipos y las desigualdades sociales y de género, favorecer un clima de entendimiento y respeto, educar en valores a través del juego y el deporte, y prevenir el acoso escolar.
Calendario de actividades
Existe, por otro lado, un calendario fijo con las actividades que se llevan a cabo cada mes. A lo largo del pasado curso, por ejemplo, practicamos deportes de equipo y los lunes y viernes abríamos una sala de juegos para que tuvieran la oportunidad de leer, jugar al ajedrez, a juegos de mesa, construcciones, puzles… Además podían participar en actividades deportivas no habituales en el exterior (patines, combas, saltadores, bádminton, peonzas, futbolín o bailes). También hubo espacio para torneos deportivos interclases, de ajedrez y celebración de eventos especiales con motivo de las Fiestas del Pilar, Halloween, Carnaval…
Todas las actividades están coordinadas por dos profesores y trabajamos desde el aprendizaje servicio, por lo que contamos con un equipo de alumnos voluntarios de 6º de Primaria que recibe formación quincenal. Su función consiste en entregar los juegos y materiales y volver a recogerlos al final, explicar cómo se juega y ayudar a adaptar las reglas de los juegos al espacio y al tiempo, ayudar a seguir las normas, mediar en caso de conflicto, motivar para que jueguen con todos… Se encargan, asimismo, de organizar los torneos, realizar los carteles motivadores y arbitrar los partidos.
Una alta motivación
Los resultados y las mejoras que el proyecto ha supuesto para el centro son tanto cuantitativas como cualitativas.
Entre las primeras podemos señalar las siguientes:
– Elevado número de beneficiarios ya que participan los 303 alumnos que forman parte de la etapa de Educación Primaria, con una participación media de más de 150 de ellos en las actividades específicas de los lunes y viernes.
– Incremento considerable de la práctica deportiva entre las niñas al haber incorporado deportes de equipo alternativos y de carácter mixto como el colpbol o el datchball y otras actividades deportivas como patinaje bailes.
– Participación activa de 26 voluntarios de 6º de Primaria.
Las mejoras de carácter cualitativo son:
– Importante mejora del clima de convivencia, que especialmente se percibe en la significativa reducción de los conflictos durante el tiempo de recreo.
– La participación en las actividades del alumnado con necesidades educativas especiales (incluso, en algunos casos, como voluntarios).
– La introducción de los mediadores escolares para abordar la resolución de conflictos entre iguales.
– La generalización de un ambiente de libertad, alegría, respeto y convivencia en el recreo.
Gracias a este proyecto hemos convertido el recreo en un verdadero espacio educativo, donde la práctica deportiva y la convivencia de todos los alumnos ha supuesto un sinfín de oportunidades, no sólo de juego, sino de socialización e inclusión, ayudando a dejar a un lado los estereotipos que nos marca la sociedad y a difundir entre el alumnado los valores de la aceptación y el respeto. El equipo que lo ha coordinado está muy satisfecho con los resultados obtenidos y se plantea la continuidad e incluso su extensión a las etapas de Infantil y ESO.
Esta experiencia se presentó en el encuentro de Utopías Educativas:
Fuente: educacióntrespuntocero.com