Hay maestros que te marcan para siempre (para bien y para mal).
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El profesor más famoso en redes sociales en España tuvo a Don Dionisio, que con el movimiento de una ceja era capaz de controlar toda una clase y que le hizo amar la Lengua Española («Gracias a él intento hablar de forma adecuada y también gracias a él tengo mi mesilla de noche llena de libros a los cuales recurro por las noches antes de dormir»). Otra maestra de cuyo nombre no quiere acordarse le hizo odiar las Matemáticas y guardar entre sus recuerdos de colegio los gritos que le dio a un compañero.
César Bona (Ainzón, Zaragoza, 1972) -con más de 36.000 seguidores en Facebook y más de 13.000 en Twitter– ha sido apodado por los medios como ‘el mejor profesor de España’, a raíz de su nominación al premio conocido como el Nobel de los Profesores. Quedó finalilsta, pero gracias al eco generado se ha convertido en ejemplo de modelo educativo, ha escrito un libro y hasta acaba de cambiarse de trabajo, dejando este curso aparcada su plaza de profesor para liderar un proyecto educativo de la ONG Aldeas Infantiles.
En el último año ha dado un sinfín de conferencias y charlas sobre docencia, además. Su método de trabajo lo condensó este verano en una charla TED (el vídeo al principio del artículo). En 13 minutos reivindica el papel de los profesores y de un modelo basado en formentar la creatividad y que rescatamos con motivo del Día Mundial del Docente, convertido este lunes en trending topic aglutinador de los recuerdos a profesores:
Educar en empatía, sensibilidad, emociones, respeto. Si realmente queremos una sociedad mejor debemos empezar por la escuela. Si pudiera hacer una pizza gigante de Educación, la base estaría hecha de respeto y luego el resto de ingredientes: inglés, matemáticas, lengua… Y no podemos olvidar aguijonear la curiosad. Una persona no deja de aprender porque se hace mayor, deja de aprender porque deja de sentir curiosidad por las cosas que tiene alrededor. Y tampoco nos podemos olvidar de la creatividad.
Cada niño es un universo. Cuanto más difícil sea el niño, mayor ha de ser nuestro reto.
Nuestra misión como maestros debería ser darles las herramientas para que sean niños y adultos felices. Al fin y al cabo, da igual los idiomas que hables, las carreras que tengas si no sabes respetar justo al que tienes al lado, o si no sabes reaccionar ante un estímulo de la sociedad o si no sabes buscar tu propia felicidad. Mirad, el tiempo pasa muy rápido; en dos parpadeos, los niños que ahora mismo están en nuestras aulas ya no serán tan niños. Entre estos niños están los futuros directores o directoras de nuestras empresas, estará el futuro marido que sabrá respetar a su mujer o el señor o la señora que sabrán respetar el medio ambiente.. Es por eso tan importate educar en empatía, en sensibilidad y respeto. Es por eso que nuestra profesión es tan importante. Así que entre todos tenemos que devolver la educación al lugar que se merece. De nosotros, maestros y maestras, depende hacer de este mundo un lugar mejor.
Fuente de la noticia: www.elpais.com