Unicef maltratoSi el maltrato infantil afecta el desarrollo de los niños y les deja secuelas que repercutirán en el futuro personal, presenciar este maltrato en sus padres también deja marca y hace que los niños pueden convertirse en futuros maltratadores.

En las familias donde se da violencia doméstica (abuso físico, sexual o emocional infringido por un hombre o mujer hacia su compañero), los niños presencian aproximadamente dos tercios de los incidentes de abuso. Alrededor de la mitad de esos niños también han sido golpeados duramente.

Los niños que presencian un maltrato se sienten angustiados y con ansiedad. Cuando crecen, se vuelven también más violentos. Y aunque no existe un patrón único que se repita en todos los casos, estos niños que han sido testigos de violencia tienen más posibilidad de ser abusadores o víctimas de nuevos abusos.

Esto es así porque los niños tienden a copiar la conducta de sus padres y aprenden de ellos a ser violentos con las mujeres. Las niñas aprenden de sus madres que la violencia es inevitable y es algo con lo que tienen que vivir.

En definitiva, el maltrato deja huellas para siempre y se puede perpetuar si no hacemos nada por atajarlo, por condenar los casos que se conocen, por actuar judicialmente y ayudar a quienes lo padezcan, protegiendo también a sus hijos de presenciar y sufrir cualquier tipo de violencia.

Fuente: www.bebesymas.com