La ministra de Educación, Isabel Celaá, ha anunciado este jueves una nueva ley de Formación Profesional, un ámbito educativo que ha crecido con fuerza en los últimos años, pero en el que España todavía acumula un retraso histórico. La elaboración de la norma comenzará con la creación de grupos de trabajo en los que participarán las comunidades autónomas, los interlocutores sociales y los centros docentes.
España necesita “duplicar el porcentaje de personas con cualificación intermedia”, ha dicho Celaá, porque según las previsiones, la mitad de las oportunidades de empleo en la segunda mitad de esta década serán para titulados con este perfil, mientras que menos del 20% de los puestos de trabajo irán destinados a personas con un bajo nivel de cualificación.
El Foro Económico Mundial sitúa, además, a España en el puesto 61 en la formación en el trabajo, con una media de 17 horas por trabajador al año, cuando en Alemania se alcanzan las 50 horas y las empresas líderes, entre 80 y 85.
El ministerio también ha abierto este jueves un buzón en el que los ciudadanos puedan dejar sus sugerencias y aportaciones a la nueva norma.
Además del modelo de FP, la norma regulará el reconocimiento de la experiencia laboral así como de “otras vías de adquisición de competencias”, ha señalado Celaá. El objetivo de la norma no es solo rediseñar la escolaridad postobligatoria por la vía de la FP, sino generalizar “la cultura del aprendizaje a lo largo de la vida”. “En pocas cuestiones hay un acuerdo tan generalizado como en la FP, en la necesidad de transformarla y en construir un sistema eficaz”, ha añadido la ministra.