Más allá del coronavirus, hay otra pandemia que de manera quizá más silenciosa lleva años asolando el mundo.
Se trata de la obesidad, una enfermedad de proporciones epidémicas, según la Organización Mundial de la Salud, que cada año causa la muerte de 2,8 millones de personas y cuya prevalencia no deja de crecer año tras año.
Desde 1975, la obesidad se ha casi triplicado a escala global. Las últimas cifras de la OMS indican que en 2016, más de 1.900 millones de adultos tenían sobrepeso, de los cuales, más de 650 millones eran obesos.
Pero el problema es, asimismo, acuciante en los menores, donde la incidencia de sobrepeso lleva tiempo disparándose a un ritmo alarmante.
Siguiendo con los datos del organismo internacional, el número de niños y adolescentes entre los cinco y los 19 años que presentan obesidad se ha multiplicado por 10 en los cuatro últimos decenios. Si nos referimos a nuestro país, las cifras no son más optimistas. Los niños españoles se colocan entre los más obesos de Europa.
En España, el 40 % de los menores de entre 6 y 9 años tiene sobrepeso u obesidad, y la incidencia aumenta con la edad, como recoge la última edición del Estudio de Alimentación, Actividad física, Desarrollo Infantil y Obesidad en España (ALADINO 2019). Lo peor, más del 88% de los padres de estos niños no perciben su sobrepeso como tal.
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