Cuando nos convertimos en padres creemos que somos nosotros los que tenemos muchas cosas que enseñar a nuestros hijos, pero la realidad nos demuestra que acaban siendo ellos los que más nos enseñan nosotros sobre la vida.

Si crees que un niño no tiene nada para enseñarte, te equivocas de lleno. Te contamos al menos cinco cosas que debemos aprender de los niños.

Hacer preguntas

Los niños son especialistas en hacer preguntas. Todo lo quieren saber, están ávidos por aprender y conocerlo todo acerca del mundo que les rodea. No tienen reparos en preguntar ¿por qué? cientos de veces para saciar su curiosidad.

Siendo adultos no vamos a preguntar ¿por qué? hasta el infinito, pero sí podemos ejercitar nuestra capacidad de preguntar, de cuestionarnos acerca de las cosas, las personas y lo que nos rodea. Ser curiosos no es malo, al contrario, es una herramienta para estimular la creatividad.

Vivir el momento

¿Habéis visto la capacidad que tiene los niños para olvidarse de todo y disfrutar a pleno de lo que están haciendo? Pues esa es otra lección que debemos aprender de ellos los adultos.

Olvídate de las preocupaciones, de la compra, de lo que tienes que hacer dentro de una hora o mañana. Abstraerse, con la misma intensidad con la que lo hacen los niños, es la clave para disfrutar de verdad.

Jugar con tus hijos puede ser en un buen ejercicio para ponerlo en práctica. Apaga la tele, el móvil y por un rato céntrate únicamente en jugar con ellos. Descubrirás que centrarte en una actividad y vivir a pleno ese momento hace que las experiencias sean más auténticas.

Dejar que todo te asombre

Esa capacidad de asombro que tienen los niños no tiene por qué perderse con el pasar de los años. Recupérala y vuelve a mirarlo todo con mirada de niño.

Aprende a mirar las cosas como si las vieras por primera vez. Déjate asombrar por la belleza de un atardecer, por la forma de las hojas o por una hilera de hormigas trazando un camino. Es un ejercicio que también puedes empezar a hacer hoy mismo.

Creemos que ya lo hemos visto todo y que pocas cosas pueden ya deslubrarnos, pero hasta las cosas más pequeñas pueden asombrarnos si nos permitimos mirarlas con otros ojos.

Encarar situaciones sin miedo

Bueno, esta lección parece imposible. Ya somos personas mayores, serias responsables, padres y madres de familia, es normal ser cauteloso… ¿O no?

Esa cuota de inconsciencia que tienen los niños es algo maravilloso. Es el motor que les anima a hacer locuras sin pensar en las consecuencias, en lanzarse a las aventuras sin miedo, aunque puedan equivocarse.

Los adultos tenemos mucho que aprender de este comportamiento. Lanzarse, desbloquearse, animarse. Los perjuicios que hemos ido acumulando a lo largo de años son destructores de la creativdad. Tomate las cosas menos en serio y lánzate a nuevos proyectos sin miedo.

Jugar

El juego no es exclusivo de los más pequeños. Todo el mundo puede y debería jugar al menos un rato al día, y no hablo de los juegos en el móvil.

Los adultos deberíamos recuperar el juego como parte de nuestras vidas. El juego relaja tensiones, distiende y nos hace olvidar los problemas.

Los padres no tenemos excusas, tenemos en casa a nuestros pequeños repletos de energía dispuestísimos a compartir horas de juego con nosotros, una actividad que no debéis dejar de hacer juntos. Además, descubrirás cómo a través del juego puedes conocer mejor a tu hijo.

Estas son apenas cinco cosas que debemos aprender de los niños, pero seguramente hay muchas más lecciones que pueden darnos. ¿Se os ocurren más cosas que podemos aprender de ellos?

Fuente de la noticia: www.bebesymas.com