Un tercio de los estudiantes españoles admite haber sido víctima del bullying. En Salud mental las estadísticas reflejan que un 12% de los niños y familias que acuden a profesionales pidiendo ayuda: psicólogos, pediatras, psiquiatras, orientadores… acuden preocupados ya que saben o sospechan que su hijo o familiar puede estar siendo víctima de algún tipo de agresión en el entorno escolar. Sin embargo, los niños o jóvenes agresores y sus familias no aparecen dentro de las estadísticas.

Parece que los agresores son los grandes olvidados y que solo son susceptibles de un tratamiento psicológico las víctimas. Sin embargo cuando un niño se expresa mediante la violencia es porque algo no está yendo bien y necesita ayuda de igual modo.

Por eso, a continuación damos algunas pistas sobre cómo detectar a estos niños y qué hacer en estos casos:

-Son fuertes, impulsivos o agresivos con quienes perciben más débiles.

– En ocasiones consumen drogas o alcohol.

– El bullying es su forma de reafirmar su personalidad y su liderazgo en el grupo.

– Presentan mucha dificultad para ponerse en el lugar del otro, y tienen poca empatía.

– No identifican bien sus emociones.

– Imponen su poder haciendo uso de amenazas, insultos, agresiones, vejaciones, etc.

– La mayor parte de las veces, las agresiones son directas aunque existen ocasiones en las que el agresor principal se mantiene a la sombra utilizando a otros que llevan a cabo sus ideas.

– Mientras que los chicos suelen proceder con violencia física, las chicas recurren más a un tipo de bullying verbal o de exclusión.

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