La Coordinadora en Defensa de los Servicios Públicos de la zona oeste de Madrid anima a los padres y las madres a matricular a sus hijos en la Escuela Pública, modelo plural, inclusivo y democrático por ser el que mejor refleja la realidad social y el más cualificado para construir una sociedad libre, democrática y abierta
¿Por qué elegimos la escuela pública?
Porque la Escuela Pública INTEGRA, NO SEGREGA Y NO DISCRIMINA. La Escuela Pública
(EP), financiada con el dinero de nuestros impuestos, es un elemento más del barrio o de la zona en que está ubicada. Refleja lo que allí existe, la situación social, económica y cultura.
Como sucede día a día en el lugar en el que vivimos, en el barrio, en nuestra calle, en nuestra plaza. Cualquiera de las chicas y chicos de esa zona puede ser admitido en la EP, sin importar para nada su origen, etnia, género, condición social y económica, situación familiar, necesidades específicas de apoyo… La función de integración social que cumple la EP es imprescindible para que la escuela no contribuya a reproducir el modelo de estratificación social, ahondando en las diferencias socioeconómicas que han de afectar, por fuerza, a la convivencia y desarrollo de un país.
Porque EDUCA EN LIBERTAD Y CONVIVENCIA, NO EN CREENCIAS. La EP satisface la necesidad de que todo el alumnado, tanto español como inmigrante, pueda encontrar en ella su casa común, el lugar donde se construye lo que une, dejando de lado lo que separa. El proyecto educativo de cada escuela garantiza neutralidad y tolerancia, respeta la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión y las opciones ideológicas, políticas y morales de los alumnos, de sus familias, de los profesores y de los demás trabajadores de los centros. Una escuela que ACEPTA el pluralismo y RECHAZA el proselitismo y el ideario que adoctrina en favor de una religión particular, de un sistema filosófico, de una opción política, ideológica o moral.
Porque ES LA ESCUELA DE LA PARTICIPACION DEMOCRÁTICA. La EP educa al alumnado
en la participación y promueve la de las familias y el profesorado en la gestión democrática de la vida escolar, revitalizando los órganos colegiados de gobierno, y muy especialmente los consejos escolares. Si queremos para la sociedad del futuro una sociedad de ciudadanos, no de consumidores, hay que comenzar desde la escuela a educar para la participación. La escuela pública es eminentemente participativa. Y la EP hace frente a disgregación y transmite el sentimiento de pertenencia a una democracia formando ciudadanos educados en el civismo y preparándolos para la sociedad del conocimiento, facilitando la igualdad de acceso a los bienes de una cultura cualificada y democrática. La EP transmite los valores democráticos en los que se asienta la convivencia pacífica de todos los ciudadanos. Educa a ser críticos y solidarios. Es necesario rechazar aspectos de la reforma educativa (LOMCE) que recortan y anulan la gestión democrática en los centros escolares.
Porque ATIENDE A LAS DIFERENCIAS Y DIFICULTADES. ES INCLUSIVA, supone una actitud y un compromiso con la tarea de contribuir a una educación de calidad, equitativa y justa para todo el alumnado, atendiendo a la diversidad.
Porque NO ES UN NEGOCIO, SE FINANCIA CON EL DINERO PÚBLICO. Ajena al afán de lucro, trabaja para que el alumno se desarrolle según sus capacidades, intentando superar barreras personales y sociales; por eso, rechaza recortes y ajustes económicos que limitan o imposibilitan los planes de apoyo.
Porque SU ENSEÑANZA ES DE CALIDAD. El criterio de calidad de la EP son sus proyectos educativos, no los prejuicios sociales ni económicos. La única selección que realiza la escuela pública es la de su profesorado, cualificado por haber superado pruebas objetivas. Los profesores de la enseñanza pública son uno de los colectivos mejor valorados en todas las encuestas que se vienen realizando. La mejor nota en Selectividad en los dos últimos cursos ha sido para alumn@s de institutos públicos. Y ello a pesar de los recortes.