Con la sombra de dos suicidios recientes —Diego y Alan— planeando sobre el sistema educativo, esta semana han desembarcado las autoridades (ministros y presidentes regionales) con una artillería de propuestas para frenar la lacra del acoso escolar. Sin embargo, la herramienta más potente podría encontrarse ya en los colegios. Y no precisamente estar en manos de los adultos, sino de los estudiantes.

Un centenar de centros educativos de toda España prueban con éxito un programa,‘Alumnos Ayudantes’, diseñado por un equipo de investigación pedagógica de la Universidad de Alcalá que, mediante la creación de redes de ayuda entre iguales, ha demostrado mejorar la convivencia en las aulas atajando el acoso y otros conflictos juveniles.

¿Qué es ‘Alumnos Ayudantes’? Es una iniciativa que consiste en la selección de un grupo de estudiantes que actuarán como «radares de los conflictos» en su entorno. Estos alumnos asumen voluntariamente la misión de detectar situaciones de vulnerabilidad, riesgo o violencia entre sus compañeros, a los que ofrecen su ayuda. Cuando la situación resulta ingobernable, los derivan a otras instancias y recursos, ya sean otros compañeros del programa, el servicio de orientación o la dirección del centro.

«La clave del éxito está en la elección de los alumnos ayudantes«, sentencia María José Gómez, orientadora del Instituto San Juan Bautista de Ciudad Lineal (Madrid) y responsable de la introducción hace tres cursos de este innovador programa de convivencia.

«Tienen que ser alumnos reconocidos por sus propios compañeros. No pueden ser puestos a dedo por los tutores. Mediante dinámicas de grupo son elegidos los que más confianza generan. Son aquellos chicos y chicas con los que pasarían más tiempo o a quienes les confiarían un secreto», añade Gómez.

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