Lo que se está viendo desde hace un tiempo es que en algunos casos el consumo de medios es tal, que está afectando negativamente al desarrollo psicomotor de los niños, y también al desarrollo social y emocional. Al moverse menos, al jugar menos, al utilizar menos el cuerpo, al relacionarse menos con otros niños y adultos y hablar también menos, muchos niños de ahora tienen carencias que de otro modo no tendrían.
Esto les afecta a la hora de hablar y escuchar, de aprender del mundo y de la vida, e incluso a la hora de dormir, porque los niños que hacen ejercicio, que salen al exterior y que pueden desarrollar su creatividad e imaginación con el juego libredescansan mejor por las noches.
En pocas palabras, en los casos más exagerados, hay niños que están creciendoinadaptados al mundo en el que viven. Por eso la AAP está haciendo una llamada a la responsabilidad por parte de los padres, para que actúen de controladores y mediadores entre los contenidos, el tiempo y los niños.
Os dejamos a continuación con el resumen de las recomendaciones que la AAP ofrece, que serán publicadas en la revista Pediatrics en el número de noviembre de este año 2016.
Nada de pantallas antes de los 18 meses
Con el fin de promover una relación sana con el medio y con las motivaciones intrínsecas de los bebés, la AAP establece la recomendación de evitar todo lo que se pueda la exposición de los bebés de hasta 18 meses a las pantallas. Sí aceptan, o sí consideran que puede haber ese contacto, si se da a través de videochats.
Es decir, si es para comunicarse con familiares o amigos, no consideran que sea negativo que los bebés de hasta 18 meses estén un rato delante de las pantallas, para el resto de situaciones, sí.
Contenido de alta calidad entre los 18 y 24 meses
Una vez los niños pasan del año y medio de edad se considera que para aquellos padres que quieran introducir contenido digital a sus hijos (porque no es necesario hacerlo en realidad) la recomendación es que el contenido sea de alta calidad, tanto a nivel de contenidos como de juegos, y que sea siempre en compañía de los hijos para ayudarlos a entender lo que están viendo.
Contenidos de alta calidad no más de una hora entre los 2 y 5 años
Pasada la barrera de los dos años, y hasta los cinco, se debe limitar el uso de los medios a una hora al día, y los contenidos tienen que ser de alta calidad. De nuevo, los padres tienen que acompañar a los hijos para ayudarlos a entender lo que están viendo y aplicarlo con sensatez al mundo que les rodea.
A partir de los 6 años: equilibrio y sentido común
A partir de los 6 años se considera que lo que hay que buscar es el equilibrio del juego con medios digitales y el consumo de programas dentro de la vida diaria de los niños. Que haya unos límites coherentes tanto en el tiempo que pasan delante de las pantallas como en el tipo de contenido que usan, sin que pueda afectar al sueño, a la actividad física y a su modo de comunicarse con otros niños y adultos.
Además, se sugiere que se asignen horarios totalmente libres de contenido mediático, como la hora de comer, un rato antes de ir a dormir (puede afectar a su capacidad de conseguir un sueño tranquilo) o mientras estén haciendo otras actividades (si están pintando, dibujando, jugando… apagar la televisión de fondo), así como tener zonas libres de pantallas en la casa, como las habitaciones.
Vivimos en la era de las pantallas y no podemos decir que sean malas de por sí porque son una ventana a la comunicación y al presente y el futuro, pero la vida real no es lo que pasa ahí dentro, sino lo que sucede en el entorno físico de un niño. Es por eso que debemos promover que antes de conocer en profundidad lo que se cuece allí dentro, antes de verse absorbido por ellas, conozca lo que sucede en su mundo, en el día a día, que aprenda a vivir, a ser autónomo, a tener respeto por los demás, habilidades sociales y físicas y que, en definitiva, tenga tiempo para ser un niño.
Fuente de la noticia: www.bebesymas.com