Los primeros días de curso Ana Ojea pidió a sus alumnos una ficha con datos personales y ella también les entregó la suya. En ella ponía que está casada con una mujer. Marian Moreno salió del armario en clase hace 16 años y a las pocas horas una compañera se le acercó para decirle que «a los suyos» les había tenido que regañar porque habían dicho que era lesbiana. Cuando Carlos Canencia llegó al instituto en el que ahora trabaja, ningún alumno o alumna se había mostrado abiertamente homosexual. Ahora sí.
Ana, Marian y Carlos no son los únicos profesores que han decidido salir del armario en las aulas, pero no es algo habitual. La Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) señala que la mayor parte de la población LGTBI no es visible en su puesto de trabajo. Pero más allá de una necesidad personal, muchos se lo toman como una apuesta pedagógica y aplican a rajatabla el tradicional lema feminista «lo personal es político».
«Es muy duro crecer sin referentes, ser un adolescente LGTB y no tener nada con lo que identificarte. Si eres heterosexual, tienes mil modelos de cómo ser», apunta Carlos, que lleva cinco años como profesor de Lengua en un instituto público de Colmenar Viejo (Madrid). Ana, docente de Cultura Audiovisual en un instituto público de Vigo, confiesa haber visto e intervenido en multitud de situaciones de acoso a alumnado LGTB y asegura que hace de «consultora» con cada caso que conoce.
Salir del armario en las aulas no es solo visibilizarse, es también rellenar ese hueco de contenidos sobre diversidad afectivo sexual que hay en los planes de estudio. La ausencia no mitiga la homofobia de muchos y hace a otros sufrir por su orientación sexual o identidad de género. «Que vean a alguien de carne y hueso que es lesbiana, gay o bisexual y frente a eso construyan su identidad», declara Carlos, que apunta a que también sirve de «barrera contra la homofobia».
«Pongo referentes de autores o autoras homosexuales, explico cómo se ha tratado la homosexualidad en la historia. No se puede hablar de Lorca sin decir que lo mataron, entre otras cosas, por gay», afirma Marian, maestra de Lengua y Literatura en Gijón. Para Carlos, ser visible es «una responsabilidad», que Jesús Generelo, presidente de la FELGTB, resume en mandar un mensaje «de que ser LGTBI no es algo que haya que llevar en secreto».
Seguir leyendo en: www.eldiario.es