Diversos estudios realizados por todo el territorio español muestran que el exceso de peso infantil en nuestro país, entre los niños de entre 6 y 9 años de edad, es del 44,5% (18,3% obesidad y 26,2% sobrepeso) un porcentaje alarmante del que podemos extraer que casi la mitad de los peques en España está por encima del índice de masa corporal recomendado.
El sobrepeso y la obesidad infantil han aumentado en todo el mundo y en todas las franjas de edad por lo que han pasado a ser un serio problema de salud pública a nivel global. En general el problema es la falta de conciencia sobre lo que comemos y la vida sedentaria de toda la familia.
El secreto para mantenernos todos en un I.M.C. normal es, según el profesorJavier Aranceta, director del comité científico de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), la necesidad de “insistir en la importancia de armonizar la ingesta de energía y el gasto energético a través de la actividad física y que la sociedad en general interiorice estos conceptos. Esto no quiere decir que haya que estar permanentemente a dieta, todo lo contrario, lo que se trata es de movernos más para así comer mejor».
Tras diversos estudios podemos concluir que, aunque el sobrepeso y la obesidad tienen múltiples causas, su resultado es fruto de una incorrecta adecuación entre lo que comemos y lo que quemamos. Es decir, que la clave para conseguir que tanto nosotros como nuestros hijos estemos en nuestro peso ideal es el balance energético, esto es el equilibrio creado entre la cantidad de energía que obtiene nuestro cuerpo gracias a las calorías que ingerimos y el gasto energético, que es la cantidad de esa energía que liberamos y quemamos por la actividad que desarrollamos durante el día.
Así que ya sabéis, ¡a moverse más!
Es fundamental inculcar buenos hábitos en nuestros hijos y visto todo lo anterior es indispensable que asuman las rutinas de deporte en su día a día pero, ¿cómo?
1. A través de la imitación: en la medida en la que vean que nosotros, sus padres, estamos activos ellos mismos asumirán ese hábito como propio.
2. Actividades extraescolares: buscar actividades extraescolares para tu peque en las que se incluya el ejercicio. No tiene por qué ser siempre fútbol, baloncesto o vóleibol… Si a nuestro hijo no le gustan especialmente este tipo de deportes, siempre podemos buscar clases de otros deportes como rugby o esgrima o, incluso, actividades circenses en los que los niños aprenderán a ser expertos trapecistas, equilibristas o funambulista.
3. Deporte en familia: aprovechad los fines de semana para activaros. Paseos por el campo a una marcha medio rápida para terminar con una saludable merienda bajo un árbol puede ser no solo una excusa perfecta para favorecer las relaciones intrafamiliares sino también para mejorar nuestra salud. Podemos también volver del cole caminando en lugar de en autobús o en coche o podemos jugar en casa con algún vídeo juego de baile que nos haga elevar nuestro ritmo de ejercicio.