La alcaldesa de Madrid se reunió con los vecinos de Vallecas para escuchar, de primera mano, sugerencias e ideas que de otro modo no llegarían al Ayuntamiento de la ciudad. Asociaciones vecinales, deportivas, funcionarios municipales y periodistas, preguntaron a Manuela Carmena sobre un buen número de temas en una reunión que sirvió para intercambiar información y conocer los planes de Ahora Madrid para los dos distritos vallecanos.
Llegó Carmena a Puente de Vallecas en loor de multitud. Su aspecto de señora apacible no se corresponde con el de una alcaldesa que representa a una ciudad con más de tres millones de habitantes. Y su tono pausadotambién. Alejada de la verborrea y los tics asociados a los políticos profesionales, Manuela se dispuso a escuchar más que a hablar, llegó decidida a tomar nota y a buscar soluciones futuras ante las preguntas de los vecinos.
Aunque la reunión tuvo lugar en el Salón de Plenos de la Junta Municipal de Puente de Vallecas, los asuntos a tratar reflejaron la actualidad de los dos distritos vallecanos, considerados como un todo administrativo. Éste es el resumen de una reunión en la que la alcaldesa salió de Vallecas con su bolso cargado con muchas propuestas y nuevos problemas por solucionar.
Manuela Carmena: “Gracias por el recibimiento que me habéis dado, pero me gustaría deciros que casi me apetece más aplaudiros yo a vosotros. Os quiero dar las gracias por estar aquí. Cuando estoy en Cibeles, a mí me gusta pensar que aquél es el punto estratégico, pero que yo estoy además en todas las juntas municipales que hay en Madrid. Si a mí me gusta estar aquí es, sobre todo, porque quiero oíros, no quiero tomar ni cinco minutos más de palabra, los quiero para escucharos”.
“Este es un barrio esencial, del que depende Madrid en muchas cosas. Para mí, como para tantos madrileños, Vallecas significa mucho. Aquí aprendí a ver la realidad social. Cuando yo era una niña de catorce añosempecé a venir a las chabolas de la calle Picos de Europa porque en mi colegio decidieron que deberíamos venir a conocer las chabolas de Madrid, era cuando el metro terminaba en el Puente de Vallecas. Aprendí muchísimo. Aparte de lo emblemático que es este barrio, creo que mucha gente de mi generación aprendimos a convivir con los demás, a tenerempatía, a darnos cuenta que lo esencial para que se produzca el desarrollo humano es que todos nos pongamos en lugar de los otros. Yo mucho de eso lo aprendí en Vallecas. Cuando llegaba a mi casa le preguntaba a mi familia: ¿Cómo es esto posible?”.
“Recuerdo que una tía mía, que era como muy filósofa, me dijo en una ocasión: ‘Hija mía, esto va a ser siempre así’. Y yo le decía que no, que esto tenía que cambiar para mejor, y yo sé que este barrio ha hecho mucho por esto, por ello mi agradecimiento a todos vosotros”.
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