¡Ya hemos alcanzado las 100.000 firmas! y quiero agradeceros a todos vuestro apoyo, porque todos habéis aportado algo, cada granito cuenta.

Estamos cada vez más cerca de conseguir un cambio. Nuestra petición no requiere ninguna gran inversión, lo que pedimos no hace daño a nadie, no hay más interés que el de la mejora de la calidad educativa y de la calidad de vida de los niños y sus familias.

No hace falta siquiera hacer nuevos estudios, sólo abrir los ojos y los oídos, leer y escuchar lo que hace años que nos llevan diciendo. Desde el año 2009 sabemos por PISA que más de 4 horas de deberes a la semana no aportan nada al rendimiento escolar. Nos lo dice el informe PISA in focus titulado «Does homework perpetuate inequities in education? » Podéis acceder al informe haciendo click en este enlace: http://goo.gl/Sn19iO

Esa cifra de 4 horas a la semana es la recomendada para niños de 15 años, alumnos de la ESO. De hecho, entre 2003 y 2013 la tendencia en los países de la OCDE ha sido a la baja, acercándose al umbral de las 4 horas. No se entiende pues que sean los niños más pequeños los que más deberes hacen. Si más de 4 horas de deberes a la semana a los 15 años no mejoran el rendimiento, ¿de qué les sirve a niños de 6, 8 o 10 años hacer 10 horas de deberes semanales? ¿Cuál sería el tiempo aceptable a edades más tempranas? Si restamos 10 minutos diarios por año, aplicando la regla de los 10 minutos a la inversa, llegaríamos a la conclusión de que en primaria los deberes se deberían plantear sólo en los últimos cursos y con unos tiempos muy reducidos.

La solución al problema de los deberes excesivos es tan sencilla como lógica: Todo colegio debería tener un protocolo de deberes, que sea fielmente cumplido por todos los docentes del mismo, y que recoja las necesidades que el informe PISA evidencia sobre los mismos.
Es importante que independientemente del centro y de la metodología aplicada por cada profesor para enseñar, el trabajo fuera de las aulas esté acotado y no invada la vida de los niños y sus familias.

Pedimos tareas coordinadas entre todos los profesores que le dan clase a un alumno, planificación de exámenes conjunta, menos deberes cuando haya examen al día siguiente, plazos más largos y planificados para entregar proyectos o trabajos, y deberes que tengan una estimación de tiempo de ejecución acotada y adecuada a la edad del niño. La solución pasa por no mandar para casa deberes que ni siquiera se han planteado en la escuela, no pedir comprar libros de deberes que se sabe de antemano que no se van a poder cubrir en el horario lectivo y respetar las vacaciones y los fines de semana.

Los deberes que se encomiendan actualmente están en muchas ocasiones mal planteados, poco planificados, y llegan a tener escaso valor pedagógico, porque el exceso tal y como sugiere PISA no aporta mejora.
Es necesario realizar un cambio ya, acotar el trabajo fuera de la escuelas planteando un protocolo de deberes común para todo el país, siguiendo el ejemplo de otros países europeos.

Fuente de la noticia: www.change.org