La mayoría de las madres y padres pensamos que deberíamos dejar de gritar a l@s hij@s pero luego, sin darnos ni cuenta, nos sorprendemos recurriendo una y otra vez al grito. Parece que nuestr@s hij@s no obedecen hasta que, hartos de repetir la misma orden, se la gritamos. Es verdad que el grito llama su atención en un primer momento, pero a la larga dejará de tener efecto y entonces ¿qué haremos? ¿Gritar más fuerte, gritar más rato, vivir a gritos?
¿Es posible educar sin gritar?
Evidentemente sí… (Ver más)