Pasar de ser alumno en una facultad a enfrentarse a un aula repleta de niños de primaria sin una preparación específica. La última propuesta sobre la carrera docente, con la que la Comunidad de Madrid se ha quedado sola, ha reavivado el viejo y no resuelto debate de la formación de los maestros españoles. El presidente regional madrileño, Ignacio González (PP), se descolgó esta semana con la idea de pedir al Ministerio de Educación que distintos titulados universitarios puedan dar clases en las aulas de infantil y primaria sin necesidad de formarse en las facultades de Educación. Diferentes expertos, los sindicatos educativos y hasta el propio ministerio le han enmendado la plana. España tiene una asignatura pendiente en la preparación de sus docentes, uno de los pilares para avanzar en la calidad de la educación que señalan como solución multitud de informes internacionales. Pero los cambios que defienden los especialistas no pasan por retomar fórmulas que se desecharon hace más de dos décadas.

“Ningún país de Europa deja entrar en sus aulas a maestros sin la titulación adecuada. Es una vuelta al pasado”, señala Francesc Imbernón, catedrático de Pedagogía de la Universidad de Barcelona y director del Observatorio Internacional de la Profesión Docente.

Imbernón considera el anuncio de la Comunidad de Madrid “una barbaridad” sin base documental en ninguna investigación conocida. “Esa propuesta supone decir que no son necesarios los conocimientos psicopedagógicos para enseñar. Se trata de un planteamiento que demuestra una total ignorancia del conocimiento profesional que hacen los docentes”. El presidente Ignacio González aludió a titulados concretos como filólogos o historiadores en su propuesta, enunciada el mismo día que acordó cambios en el acceso a los grados de Educación con casi todas las universidades madrileñas. Esa idea quizá venía espoleada por un problema interno. Hace años que Madrid mantiene un pulso particular con la selección de maestros para sus centros bilingües en inglés. Antes de que la nueva LOMCE diera carta de naturaleza a sus procesos, contrató a dedo a docentes nativos saltándose todos los procedimientos, argumentando que le faltaban especialistas de inglés para la red de escuelas bilingües.

Pero una cuestión es reforzar las plantillas para dar inglés y otra es un salto que devolvería el acceso a la carrera docente al punto en el que se encontraba hace más de dos décadas, cuando en España se podía ser maestro sin el paso previo por las facultades de Magisterio. La responsabilidad de educar a los menores recae ahora más que nunca en la escuela y sus docentes. Retos como la atención a la diversidad, la vigilancia de los conflictos en las aulas o la relación con los padres requieren unas habilidades específicas, a decir de los expertos consultados, que van más allá de los conocimientos teóricos sobre las materias, en los que se ha enfocado la Comunidad de Madrid desde que el 86% de sus opositores a primaria suspendieron en 2012 un examen de conocimientos básicos incluido ese año en las oposiciones a maestro. En línea con su presidente regional, la consejera madrileña de Educación, Lucía Figar, considera que el temario de las oposiciones para entrar en las aulas de primaria otorgaría a estos licenciados suficiente formación para enseñar a los niños. Figar recordó que en las oposiciones a maestro hay que prepararse “más de 100 temas de pedagogía, psicología y didáctica”.

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Fuente de la noticias: www.elpais.com