Rafael Feito Alonso, Doctor en Sociología por la Universidad Complutense.
“… El profesorado partidario de la jornada matinal no ha dudado en afirmar –y así lo hace en los escritos para sondear la opinión de las familias- que la jornada matinal supone una mejora pedagógica y organizativa inequívoca. Nada más lejos de la verdad. Poco se sabe sobre si se rinde menos en cualquiera de las jornadas. Uno de los informes más completos sobre esta cuestión, el realizado en Galicia por José Antonio Caride, señalaba que tres cuartas partes del profesorado decían que el rendimiento es mayor en la continua. Sin embargo, sus datos indican que hay entre un 10% y un 20% más de fracaso escolar en los centros de continua. No obstante, no es un dato concluyente aunque sí indiciario: pudiera ser que estos tuvieran peores resultados antes del cambio de jornada. Lo que sí detecta Caride es que los niños en centros de jornada continua tienen más deberes para casa que sus compañeros con jornada ordinaria…”
“Tal vez sea cierto que la última hora de la tarde sea poco efectiva –aunque no tanto como para equipararla a la siesta de pijama y orinal-, pero lo mismo puede ocurrir con la última de la mañana en la continua. Lo poco que hay en las áreas de cronobiología y cronopsicología choca con las creencias espontáneas de muchos profesores. Así, por ejemplo, no es verdad que la mejor hora sea la primera de la mañana. Sin embargo se sabe que se mejora mucho a partir de las cuatro, justo cuando empiezan las extra-escolares. Con este dato: ¿nos plantearíamos por esto una jornada partida con mayor duración del horario de comedor?”
“El informe de Caride detectó una mayor fatiga de los alumnos en la continua que en la partida. El de Fernández Enguita – a partir de pruebas realizadas en colaboración con la Universidad de Alcalá- demostró que no hay un derrumbe del rendimiento o de la concentración por la tarde.”
Fuente de la noticia: “Tiempos escolares – El debate sobre la jornada continua y partida“, Cuadernos de Pedagogía nº365