Si en un aula ya hay suficientes fuentes de distracción para los estudiantes (la ventana, las risas del compañero, el nuevo peinado del de al lado…), cuando las clases se siguen desde casa, las distracciones se multiplican (la tele, el móvil, el repartidor de Amazon, el hermano pequeño…). Mantener la atención de estos estudiantes y conseguir que se sientan involucrados es complicadísimo…

Este es sin duda uno de los retos que plantea la enseñanza online (alterna o continuada) que se está implementando en los centros a causa de la pandemia. Pero hay muchos otros… El método de enseñanza es otro reto.

Los maestros que cambiaron al aprendizaje a distancia debido a la COVID-19 han aprendido, por experiencia, que su estilo de enseñanza tiene que cambiar dependiendo de si sus estudiantes están sentados frente a ellos o participando en una videoconferencia desde sus casas.

Pero no solo tienen que adaptarse los docentes; los alumnos y alumnas también. Tienen que demostrar su compromiso y responsabilidad con los estudios y tareas escolares, tienen que aprender a estudiar sin tener a un profesor detrás, tienen que aprender a organizarse por sí mismos…

Sin duda, en medio de toda esta situación, hay una herramienta fundamental que hace posible que el aprendizaje continúe en periodos de cuarentena en los que el alumno no puede acudir de forma presencial a clase: la tecnología.

Convertir a la tecnología en aliada en esta situación es fundamental. Y eso es lo que lleva años haciendo Acer for education, ayudar a las instituciones y los centros educativos en su viaje hacia la implementación de entornos de aprendizaje colaborativo innovadores que les permitan hacer frente a los nuevos retos.

El primer paso para construir esa alianza es dejar de mirar a la educación online con recelo, aunque todos sabemos las desventajas que supone debido, en parte, a la brecha digital. Pero hoy queremos centrarnos en las ventajas que supone a nivel educativo este nuevo modelo de aprendizaje.

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