Estudiantes secundarios premunidos de piedras y palos enfrentándose con Carabineros, reuniendo materiales para encender barricadas, sacando semáforos e, incluso, participando de conatos con otros ciudadanos que no están de acuerdo con las manifestaciones violentas, han sido parte de la tónica vista en Concepción durante las últimas semanas.
Las situaciones antes descritas revelan que, en general, los jóvenes no saben canalizar sus emociones, tienen una baja tolerancia a la frustración y un limitado control de impulsos que, sin lugar a dudas, ameritan que el sistema educativo incluya la educación emocional de manera transversal.
De hecho, la Fundación Liderazgo Chile está impulsando un proyecto de ley de educación emocional en los alumnos dentro del aula, no bajo la forma de un ramo, con evaluación y nota, sino para que el docente adquiera herramientas y competencias en su proceso pedagógico para incorporarlas de manera transversal en la malla curricular.
Arnaldo Canales, presidente de la Fundación Liderazgo Chile, aseguró que es vital la incorporación del área, pues la disposición emocional determina la capacidad de aprender, es decir, que un niño que tiene una mejor condición emocional, recibirá de mejor manera los conocimientos.
Eric Valverde, magíster en educación, que se desempeña como asesor en Formación y Convivencia Escolar para Visión Activa, institución regional que apoya y patrocina la iniciativa, afirmó que en el último tiempo se han impulsado conceptos como educación gratuita y de calidad, pero no abordando el desarrollo integral de los alumnos, olvidando importantes temáticas como la violencia, vulneración de derechos y falta de ética en donde se forman los jóvenes.
La docente de español, Pamela Villagra, que trabaja tanto con alumnos de básica como de media, considera importante la educación emocional porque los niños no saben controlar sus emociones, “explotan de manera intempestiva, he visto alumnos lanzando sillas sobre un compañero porque no le gustó su opinión o grupos de niñas llorando por cosas banales, porque no saben manejar sus emociones”.
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