Una carta a los Reyes responsable: La regla de los cuatro regalos

Cada año comienza antes la campaña navideña y todos nos vemos inmersos en una corriente de anuncios en diferentes medios, televisión, prensa, catálogos, tiendas y grandes superficies que nos empujan hacia lo que supuestamente es la Navidad.

Desde hace un mes, la Navidad está presente en nuestros hogares, en nuestras conversaciones y planes, y con ella aparece de su mano el tema de los regalos y los obsequios, siendo ambos un dúo inseparable en estas fechas.

Pero, ¿es positivo para los niños asociar este momento mágico del año únicamente con algo material? ¿Es beneficioso para ellos el bombardeo continuo de publicidad sobre juguetes y objetos que quizás sólo usen en una única ocasión? ¿Es malo el exceso de regalos para los niños?

Regalo de Reyes

Los valores de los que tantas veces hablamos, que tanto nos preocupan a padres y profesionales, que tratamos de inculcar cada día y favorecer a través del ejemplo, a veces quedan olvidados en estas situaciones en las que nos dejamos llevar por la masa y la sociedad en la que vivimos.

Estos valores deben potenciarse en nuestro hogar, en el día a día, tratando de plasmar sobre nuestros hábitos aquello que queremos inculcar a nuestros hijos.

Para ello, un buen modo de realizar la carta a los Reyes Magos este año puede ser empleando la regla de los cuatro regalos, donde explicaremos a nuestro hijo unas pautas diferentes para realizar la carta en esta Navidad.

Le ofreceremos a nuestro hijo un papel y un lápiz  para hacer su carta a los Reyes responsable, y le pediremos que piense únicamente cuatro regalos, pero no cuatro obsequios cualquiera , sino cuatro que se basen en estas reglas:

Una carta a los Reyes responsable

Un regalo útil

Un regalo funcional, que sirva para el día a día, para llevar consigo, que tenga una utilidad concreta como por ejemplo, una prenda de vestir o un accesorio.

Un regalo emocional

Un regalo que desee mucho, que satisfaga su ilusión y sus necesidades emocionales.

Un regalo que tenga un fin

Un regalo que fomente la lectura o el aprendizaje, como un cuento, un puzzle o un juego de mesa.

Un regalo necesario

Un regalo que realmente necesite, como por ejemplo, una mochila, unos lápices de colores o equipamiento deportivo.

No se trata de limitar los regalos de nuestros hijos, sino de darle sentido a estos, haciendo al niño más consciente y responsable en la elaboración de la carta a los Reyes Magos.

Además, yo añadiría a estas cuatro reglas dos más para aquellos niños algo más mayores, con una capacidad comprensiva y de empatía mayor:

Un regalo para otro

Escoger un regalo funcional para otra persona que lo necesite, o para donar a una ONG, como por ejemplo, algo de ropa nueva, comida, un juguete y una manta.

Un regalo no material

Un regalo relacionado con una experiencia, como por ejemplo unas entradas para el teatro, un día en exclusiva con algún familiar, una excursión al campo en familia o un día en un museo.

De este modo, favorecemos los valores que tanto deseamos que tengan nuestros hijos de adultos.

  • El niño aprende realmente a valorar más aquello de lo que dispone, a escoger con mayor criterio y a responsabilizarse de lo que escoge y lo que no.
  • De esta manera, tiene oportunidad de comenzar a tomar conciencia de sus elecciones y decisiones, a discriminar lo que le gusta y lo que puede posponer, aquello que necesita o es un capricho, o a valorar lo que él ya tiene y otros no.
  • Disfruta de lo que dispone y se ilusiona esperando, sin crearse tantas necesidades innecesarias, ya que a veces piden sin medida ni criterio real.
  • Se responsabiliza de sus decisiones, siendo más consciente de sus actos y las consecuencias de éstos.
  • Hace mayor uso de lo que recibe y da funcionalidad a lo que ha pedido, sabiendo valorar lo que ha recibido.
  • Empatiza con los que no tienen tanto y aprende a ponerse en la piel de los demás y ser más solidario.
  • Comprende que la Navidad no es solo un momento de regalos y objetos materiales, sino un momento en familia y de disfrute.
  • Descubre que menos puede significar más, ya que el número no es tan importante como la calidad de lo que escoge.

La Navidad debe ser una oportunidad de enseñanza, donde la familia y los valores deben estar más presentes que nunca.

Fuente: saposyprincesas.com