En India, gran parte de la población es analfabeta. Los índices de pobreza son altísimos, al igual que los de violencia. Son solo tres factores que muestran lo complicada que resulta la vida en este país. Muchos tendrían muchas experiencias e historias personales que contarnos. Ahora tiene la oportunidad de hacerlo en la biblioteca humana de Hyderabad.
Este proyecto, que se desarrolla en todo el mundo, no se encuentra en un lugar concreto. Va cambiando de ubicación en función del día. Es un espacio en el que personas con algo que contar hacen de libros. Quienes quieran pueden acudir para leerlos, es decir, conversar con ellos. “Cualquiera no puede ser un libro”, explica el promotor de la iniciativa en India, Harshad Fad, a Verne por correo electrónico, “debe tener una historia que contar”.
“Antes de cada sesión, hacemos una lista de temas, prejuicios y estereotipos presentes en nuestra sociedad. Buscamos a personas que los representen entre nuestros amigos o familiares. También contamos con la ayuda de ONGs”, explica Fad, estudiante de periodismo de 24 años. Una vez que los libros han sido seleccionados, puede abrir la biblioteca humana.
“India es un país con una cultura y un estilo de vida diferente cada 50 kilómetros. Iniciativas como esta son importantes para que nos entendamos unos a otros. Por ejemplo, tenemos muchos problemas raciales que deben salir a la luz”, añade Fad. Su ciudad en India se ha convertido en noticia en india y Medios Internacionales después de celebrar dos sesiones. Sin embargo, las bibliotecas humanas nacieron hace muchos años.
La primera edición tuvo lugar en el año 2000 en Copenhague (Dinamarca). “La organización de un festival de música me pidió que ofreciera una alternativa no musical. Querían algo profundo”, explica el promotor de la idea, Ronni Abergel, a Verne por correo electrónico.
“Siempre había pensado que las personas que pelean en una guerra no lo harían si se conociesen. Pensamos que podíamos aplicar esa idea, de manera que la gente se pudiera preguntar cualquier cosa. Usamos el concepto a los libros porque no hay un lugar en el mundo más neutral que una biblioteca“, añade Abergel.
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