Recientes estudios han sacado a la luz nuevos datos que afirman que las niñas superan a los niños en los resultados escolares, incluso en asignaturas, como matemáticas y ciencias, para las que se pensaba que los niños estaban mejor preparados.

Otro punto interesante de estos resultados es que no son a nivel local, sino que es así en cualquier parte del globo, ¿será quizás que el actual sistema educativo les favorece a ellas? ¿Qué está cambiando? ¿Por qué las niñas están teniendo mejores resultados académicos que los niños?

El estudio ha sido realizado por los profesores en psicología Daniel y Susan Voyer de la Universidad de New Brunswick en el que ha recopilado datos procedentes de más de 369 estudios que abarcan a más de un millón de niños y niñas de 30 países. Los resultados son contundentes, las niñas están ganando por goleada en todos los ámbitos y grados independientemente del país en el que nos encontremos. ¿Por qué?

Concentración y conciencia

Dos disciplinas que cualquiera que tenga niños puede comprobar que no son las fuertes del sexo masculino y sin embargo son y serán las grandes responsables del éxito futuro de nuestros hijos tal y como se está formando la sociedad hoy en día.

Ya desde la escuela infantil estas dos disciplinas forman la base del auto-control y son las más buscadas por los profesores y padres, el saber esperar a que les llegue el turno, a levantar la mano cuando quieren algo, a terminar el trabajo que se les manda y estar atentos a lo que dice el profesor, todas estas acciones son las que van a hacer que nuestro hijo destaque o no sobre los demás y su predisposición para estas disciplinas marcarán el resto de sus días.

Estudios realizados sobre los niños en la edad preescolar demuestran que los niños llevan un año de retraso en lo que se refiere a las habilidades de auto-control y disciplina respecto a las niñas y esto continuará siendo así los siguientes años.

En El 2006 un estudio realizado por Martin Seligman y Angela Lee Duckworth descubrió que las niñas en etapas más avanzadas de escolarización seguían teniendo mejores resultados en auto-disciplina respecto a los chicos. Se vio que las niñas eran más propensas a leer las instrucciones antes de utilizar algo, prestar atención en clase y no pasearse por las nubes, elegir algún tipo de trabajo doméstico antes que ponerse a ver la tele y eran mucho más persistentes ante la frustración.

Lo que los doctores Seligman y Duckworth llaman «auto-disciplina» otros científicos lo llaman «conciencia» o la capacidad para planificar el futuro, fijar metas, y persistir y enfrentarse a las frustraciones y contratiempos. La conciencia es considerada por los científicos sociales un rasgo de la personalidad innata que no se distribuye uniformemente a través de todos los seres humanos. De hecho una gran cantidad de estudios transculturales muestran que las mujeres tienden a ser más conscientes que los hombres.

Podría decirse que esta «conciencia» menos desarrollada en los chicos les deja en una situación de desventaja en el entorno escolar, sobre todo donde se necesite una buena capacidad de organización y haya que demostrar los conocimientos adquiridos. Parece ser que la escuela de nuestros día fortalece las habilidades mejor desarrolladas de las niñas a la vez que desfavorece las de los chicos. Atrás quedaron los días de sacarlo todo el último día, hoy manda el trabajo y el esfuerzo diario.

La forma en que un niño afronta una tarea escolar es muy diferente a como lo hace una niña. Para los primeros todo consiste en un reto, en una lucha, una demostración ante la sociedad de quien es el mejor. Esa es la forma en la que un niño se enfrenta a un examen final, dispuesto a demostrar a los demás que él es el mejor. En contraste, Kenney-Benson y algunos colegas académicos afirman que una experiencia tan estresante como un examen final puede reducir artificialmente el rendimiento de muchas niñas, dando una falsa lectura de sus verdaderas habilidades. Estos investigadores llegan a la siguiente conclusión general: «Una situación de examen puede subestimar las habilidades femeninas, pero las aulas pueden subestimar las habilidades masculinas.»

Una de las soluciones que se plantea a este problema es que se revisen los sistemas de evaluación de las escuelas y se dividan en dos evaluaciones diferentes, por un lado se evaluarán los conocimientos mediante exámenes y test que podrán realizarse en cualquier punto del semestre o año escolar, promoviendo así el estudio continuo y por otro lado se evaluarán las aptitudes más responsables, lo que podríamos llamar «habilidades sociales».

Concluyendo

Parece que nos encontramos ante una nuevas perspectiva de futuro en el que cada vez se hace mayor y más patente el peso de la mujer en la dirección de la sociedad. Por otro lado, parece que vamos hacia una sociedad cada vez más especializada en la que habrá puestos destinados a mujeres y otros que serán ocupados preferiblemente por hombres. Quizás debamos replantear el sistema actual, o más que replantear sería ver como podemos potenciar los puntos fuertes de nuestros hijos y fortalecer los débiles.

Fuente de la noticia: www.bebesymas.com