Las ayudas para asistir al comedor escolar en España alcanzan al 11,2% de niños en la educación obligatoria, lejos del 27,4% que vive en situación de pobreza, según revela el informe ‘Comedor garantizado’ de Save the Children coincidiendo de la paertura del plazo para solicitar estas ayudas en varias regiones españolas. Esto significa que más de un millón de menores bajo el umbral de la pobreza paga el comedor escolar íntegro o no accede a él.
Más concretamente, en el documento se precisa que el hecho, por ejemplo, de que en Canarias obtenga una considerable cobertura en becas no se traduce en que cubran a todos los niños que viven con bajos recursos. Por un lado, su tasa de pobreza infantil es tan alta –de las más elevadas de España– que queda lejos de alcanzar a la infancia más vulnerable y, por otro, la renta mínima que se exige a las familias para obtener la gratuidad del comedor es tan baja (537,83 euros al mes para un hogar de cuatro miembros) que implica que algunas de ellas tengan que pagar una parte del coste.
En La Rioja, Cantabria, Baleares, Madrid y Navarra la situación es más extrema porque no se concede la gratuidad sino una ayuda parcial. De hecho, este servicio puede suponer un coste medio anual de 743,75 euros, lo que supone un esfuerzo económico importante para una familia con bajos ingresos.
Las regiones que menos llegan a estos niños empobrecidos son Murcia, Extremadura, Ceuta y Melilla (estas dos ciudades autónomas dependen del Ministerio de Educación y FP). En cambio, País Vasco es la única que ofrece comedor escolar a todo el alumnado en riesgo de pobreza.
Según Save the Children, esta desigualdad se debe a que el Ministerio ha renunciado a regularlo y cada comunidad autónoma decide qué requisitos valora para que las familias accedan a las becas comedor. Así, apuntan que en algunas regiones, la renta no asegura obtenerla. En nueve comunidades, entre ellas Murcia, Comunidad Valenciana y Aragón, estas ayudas no se consiguen por concesión directa –todo el que cumple con los criterios se le concede como derecho– sino por concurrencia competitiva. Esto significa que, si no queda presupuesto en esa partida de becas, aunque las familias reúnan los requisitos, se pueden quedar sin esa ayuda.
Y en el caso de Murcia, se añade que los niveles de renta establecidos para acceder son muy bajos –ingresos por debajo de 616 euros al mes para un hogar de cuatro personas–, por lo que resulta casi imposible conseguir una beca comedor, tal y como recoge el informe.
Entre los beneficios que otorgan estas becas, Ferrer señala la proporción de una alimentación saludable, la mejora de la nutrición y la salud de niños y efectos positivos sobre su éxito educativo. Además, permite una protección social y repercute en la economía local, siempre que estos comedores compren productos de proximidad.
Por otro lado, en el informe se detalla que durante el confinamiento por la COVID-19, distintas regiones garantizaron la continuidad del servicio de comedor, a través de tarjetas o distribución de comida elaborada, pero solo a los beneficiarios de la gratuidad. Según cálculos de Save the Children, solamente el 5,7% del alumnado –la mitad de los becados de comedor– se benefició del servicio en esos meses.
Para seguir leyendo pincha en elboletin.com.