Finlandia es uno de los países más admirados del mundo por su educación: es el país número 1 en prácticamente todos los rankings escolares, como por ejemplo en el exhaustivo informe Pisa, que evalúa los resultados estudiantes de 61 naciones de todo el mundo.
El éxito de la educación finlandesa reside en la alta implicación del profesorado -muy bien formado y pagado- las clases que huyen del formato magistral -los alumnos interactúan entre ellos y con el profesor, no son pasivos– y el gran nivel de lectura.
Para que el país nórdico siga estando en lo más alto, sus políticos y funcionarios ya están pensando en cómo será el mundo del mañana para conseguir que los niños de hoy en día sean los mejores profesionales en el futuro. Y la conclusión de los diferentes grupos de trabajo creados específicamente para repensar la educación es revolucionaria: hay que acabar con las asignaturas.
Nada de matemáticas, física, historia o literatura. Si se aprueba el nuevo plan de estudios, los jóvenes y niños tendrán que estudiar ‘temas’, ‘situaciones’ o ‘eventos’. Por ejemplo, una materia podría ser la Unión Europea, y en ella se tendrían que hablar de economía, de historia, o de política, pero en vez de ser temas estancos, se relacionarían los unos con los otros.
Los mayores de 16 años ya están estudiando de esta forma y no tienen que aprender matemáticas o literatura ‘a secas’. Por supuesto, ellos ya tienen la base, porque ya la han dado en cursos anteriores. El desafío está en adaptar ese sistema a todas las edades.
Pasi Silander, el jefe del departamento de Desarrollo Educativo de la ciudad de Helsinki explica al medio inglés The Independent que “Lo que buscamos es un tipo diferente de educación que prepare a los niños para el trabajo del mañana. En el pasado, los bancos necesitaban muchos contables que tuvieran que realizar muchos cálculos. Pero ahora la situación ah cambiado: los más pequeños ya usan ordenadores muy avanzados capaces de realizar esas operaciones, así que tenemos que cambiar para adaptarnos a la sociedad”, razona.
Profesores que colaboran
Además de este tipo de enseñanza por ‘temas’, la revolución escolar también se va a centrar en erradicar por completo la figura del profesor que da la clase y que no permite a los alumnos participar. Se va a potenciar que los jóvenes se dividan en grupos y afronten problemas ellos solos, poniéndose de acuerdo y potenciando así sus habilidades comunicativas y de trabajo en grupo.
Pero todos estos cambios no están siendo fáciles. Muchos profesores educados a la antigua dudan de que la falta de teoría y el exceso de práctica sean beneficiosos para los alumnos. Pero parece que se van a tener que adaptar al cambio. Actualmente, los colegios están obligados a dar algunos ‘temas’ a lo largo del año, estructurados de esta nueva manera y no como asignaturas.
Otro cambio que podría traer esta nueva ola es el fenómeno del denominado coprofesorado: dos docentes en el aula explicando un mismo ‘tema’, para enriquecer la clase. Marjo Kyllonen, el responsable de cambiar la educación en la ciudad de Helsinki, explica al mismo medio inglés que para fomentar esta práctica, los profesionales que ya estén trabajando de esta manera están recibiendo un bonus en su nómina por ello.
Kyllonen revela que para 2020 espera que en todo el país se hayan implementado estas nuevas formas. “Ahora hay algunos colegios que enseñan como si todavía estuviéramos a principios del siglo XX, es hora de saltar de lleno al siglo XXI”.
Fuente de la noticia: https://es.noticias.yahoo.com