El test de Bechdel trata de medir la presencia femenina en productos culturales como películas, cómics, teatro…
El test salió a raíz de un comentario de un personaje de una mujer en un cómic publicado en 1985. Este personaje comentaba que solo vería películas de cine en las que se contestara afirmativamente a tres preguntas. Estas preguntas se han convertido en la actualidad en un punto de partida para la reflexión de la presencia femenina en ciertos productos culturales:
- ¿Hay más de dos mujeres que tengan nombre?
- ¿Hablan entre ellas?
- Cuando hablan entre ellas, ¿es de un tema distinto a hablar de un hombre?
Son muchas las películas que no superan el “TEST”, y en algún caso, si se cumple contestar afirmativamente a las tres cuestiones, el diálogo mantenido por las mujeres no supera el minuto en una película de más de una hora.
Películas que no superan el test:
- Mulan
- El señor de los anillos
- Matrix
- Harry Potter
- Cazafantasmas
- El Rey León
- Avatar
- Crepúsculo
- Wall-e
- Up
- Toy Story
- Shrek
- Piratas del caribe
- Batman
- La princesa prometida
- Interminable lista de Disney…
Esto se ha extrapolado a otros elementos, que en realidad son los que me gustaría destacar por lo habitual de su uso como recurso educativo: libros, cuentos, películas infantiles, series, dibujos animados…
Este test es un análisis cuantitativo sin ningún rigor científico. No profundiza en la calidad de la visibilidad femenina. Así deberíamos analizar, por ejemplo, si los cuentos que usamos responden afirmativamente a las tres preguntas, y a partir de ahí analizar más profundamente:
¿ Los protagonistas son siempre masculinos?, ¿qué importancia tiene la figura de femenina? (La desobediente de Caperucita, la ocupa de Ricitos de Oro…)
¿Y en clase?, ¿en las decoraciones?, ¿en el profesorado?, ¿en el nombre de las clases o escuela?
El caso de los Pitufos es muy representativo. Son un poblado feliz que vive en el fondo del bosque. El Villano Gárgamel, que quiere deshacerse de estos diminutos seres crea a la Pitufina, un ser malvado que es enviado al poblado pitufo para sembrar zizaña entre sus habitantes, cosa que consigue. Ante esto el Papá Pitufo, a través de la magia, transforma a una Pitufina malvada y morena en otra rubia, con tacones y cara de pobrecita, cuyo propósito en la vida es ser guapa y cuidar a los demás pitufos.
En 1991 Katha Pollit introducía el concepto denominado “El principio de la Pitufina”, en el que viene a describir una situación en las obras de ficción: la presencia femenina es única entre los hombres, con el propósito de hacer el contrapunto a la figura masculina para que sea más masculina, sin tener más relevancia en el desarrollo de la acción.
¿Recordáis a las tortugas Ninja?, ¿La Guerra de las Galaxias?, ¿Los Teleñecos?
Pasar el test de Bechdel a nuestras actividades no significa necesariamente un estándar de calidad, pero lo que sí genera es una discusión, un análisis y una reflexión de los recursos que usamos.
El uso de estos recursos promueve la construcción de un modelo que los educadores y educadoras estamos colaborando con su propagación, y de forma sutil contribuimos a perpetuar una sociedad no siempre basada en la igualdad.
El análisis de estas sutilezas es lo que daría una calidad a nuestra función docente, aportando una construcción de calidad de la inteligencia emocional de nuestros alumn@s. Sobre todo en las “asignaturas” que no se pueden medir de forma cuantitativa, que no se puede poner nota. Para los aprendizajes basados en vivencias y emociones, no para los entrenamientos académicos.