Tras la aprobación de la polémica LOMCE, la ley empieza a implantarse este año en los cursos impares de la Educación Primaria. Los lectores ya sabrán que los recortes en educación y el incremento de las pruebas de conocimiento y evaluaciones estandarizadas en diferentes etapas de la educación obligatoria, que tanto rechazo han generado en la comunidad educativa, son la tendencia actual en esta materia.

Lo que quizá no sepan es que esta tendencia política no es nueva. A veces es necesario buscar el faro por el que se guían determinados gobiernos para comprender mejor hacia donde nos dirigimos. El gobierno central, y en concreto el gobierno de la Comunidad de Madrid como laboratorio de experimentos neoliberales que replicarse en el resto del Estado, tienen la mirada fija en un objetivo: Estados Unidos.
Según el pedagogo crítico Peter McLaren[1], el ataque a la educación pública de George W. Bush se basó también en estos dos elementos: reducir el gasto público en educación e incrementar el gasto en exámenes estandarizados.

Mucha gente conoce la experiencia del detective Pryzbylewski (The Wire), reconvertido en profesor de la escuela pública de Baltimore, luchando por enseñar a sus alumnos en contra de los exámenes estatales. Mientras tanto, sus compañeros hacen un parón en las clases, dejan de enseñar sus materias y empiezan a preparar a los alumnos para aprobar las evaluaciones. Saben que en parte su puesto de trabajo depende de eso.

Los exámenes estatales tienen una larga trayectoria en los Estados Unidos, anterior al gobierno de Bush. Tienen tal importancia que los resultados de un sólo examen determinan si un alumno se gradúa o no (la LOMCE propone una media ponderada con las notas de clase), pero va mucho más allá. La financiación del centro, así como el despido de profesores, directores y superintendentes, dependen en buena medida de los resultados que los centros obtienen en esas pruebas.

Esto ha traído consecuencias muy negativas para los sectores sociales más desfavorecidos en Estados Unidos. McLaren recoge que el índice de abandono temprano del sistema educativo de estudiantes afroamericanos y latinos ha aumentado desde que empezaron a aplicarse exámenes de alto impacto.
Parece lógico que al reducir el gasto en educación y aumentar los exámenes estandarizados, quienes cuenten con menos recursos se verán en mayores dificultades para aprobar esos exámenes y alcanzar mayores logros académicos.

En la Comunidad de Madrid  el gasto en medidas de atención a la diversidad se ha reducido drásticamente. Se reducen horas de tutoría, se eliminan aulas de educación compensatoria y no se convocan oposiciones para orientadores escolares desde la el año 2010.

Unido a esto, los resultados de las pruebas de CDI (conocimientos y destrezas indispensables) que se aplican al finalizar la Educación primaria y en Secundaria llevan tiempo haciéndose públicos y accesibles, a través de las fichas de información relativa a todos los centros educativos de la Comunidad.

Por otro lado se está viendo que son los centros públicos los que acogen a la mayor parte del alumnado con necesidades de apoyo educativo, quienes en muchos casos son “derivados” desde la escuela concertada. No son escasas las situaciones en las que ante diagnósticos de autismo, TDAH o similares, ciertas escuelas concertadas argumentan que no tienen recursos para atenderles y que es mejor matricularles en la escuela pública.

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