Nuestros hijos están siempre ocupados. En el colegio, en casa, en el parque e incluso en vacaciones. El aburrimiento es una emoción que se asocia en nuestra sociedad con un sentimiento negativo. Pero los adultos y los niños necesitamos momentos de aburrimiento de vez en cuando.
“En la actual era de la información estamos tan conectados con la tecnología, y tenemos tantas maneras de pasar nuestro tiempo libre que ni siquiera deberíamos saber a qué se parece el aburrimiento. Sin embargo, el aburrimiento parece ir en aumento, y cuanta más estimulación recibimos, más deseamos. Estamos perdiendo la habilidad de tolerar la repetición y la rutina de la vida cotidiana“, Sandi Mann es profesora asociada de Psicología de The University of Central Lancashire y autora de El arte de saber aburrirse.
Nuestros hijos tienen que aprender el lado bueno del aburrimiento. Esta compleja emoción puede fomentar su creatividad e imaginación. El problema es que cuando nuestros hijos se aburren buscan nuevos estímulos. Su cerebro siempre está activo y si se aburre empieza a buscar nuevas aventuras.
Niños sobreestimulados
Desde que nacen nuestros hijos les estamos ofreciendo estímulos: el carrusel de música encima de la cuna, nuestras nanas y canciones, los juguetes con ruidos y luces… Nuestros hijos están sobreestimulados y viven en un mundo en el que siempre hay que hacer algo. Un mundo en el que todo cambia continuamente. En este ambiente no tienen la oportunidad de aburrirse y utilizar su creatividad para salir de esta situación. Además en nuestra sociedad hiperconectada siempre pueden entretenerse con la televisión, la consola o la tableta.
Nuestros hijos tienen miedo a aburrirse y buscan continuamente distracciones. Para ellos no es suficiente leer o aprender a montar en bicicleta. Necesitan una gran estimulación continua y tienen una baja tolerancia al aburrimiento. Nuestros hijos no se asombrar de ver la nieve o una mariposa amarilla posada en los rosales.
Beneficios del aburrimiento
Los padres nos rompemos todos los días la cabeza pensando cómo entretener a nuestros hijos con deportes, juegos y excursiones. Pero no nos damos cuenta de que el aburrimiento también es necesario para la vida de nuestros hijos. Os vamos a hablar de varios beneficios importantes del aburrimiento para el desarrollo de nuestros hijos.
1. Fomenta la creatividad
Aunque nos parezca raro, el aburrimiento es beneficioso para nuestros hijos. Les obliga a inventar algo diferente cuando no saben qué hacer. Seguro que lo comprobaremos si vamos con ellos a una casa rural sin posibilidad de conexión alguna con el exterior y sin aparatos tecnológicos. Nuestros hijos se aburrirán y tendrán que utilizar sus propios recursos para entretenerse.
2. Ayuda a descubrir sus posibilidades
Cuando nos aburrimos ponemos en marcha nuestro cerebro para crear o inventar. Necesitamos esos momentos para descubrir que todos somos creativos. Desarrollar esta capacidad nos ayudará a resolver problemas cotidianos en casa y en el colegio y ser cada vez más autónomos.
3. Les aparta del ocio programado
Uno de los grandes problemas de nuestra sociedad es que todo está programado incluso los momentos de ocio o diversión. Es importante que nuestros hijos tengan libertad para aburrirse o para divertirse no solo actividades programadas. Durante la semana tienen todo el día cronometrado y están acostumbrados a los horarios y las obligaciones. Nuestros hijos necesitan tener esos momentos libres para aburrirse y no hacer nada. Necesitan tiempo y un espacio libre de estímulos para poder desarrollar toda su creatividad. Y los padres tenemos que ayudar a que lo consigan.
4. Seamos su ejemplo
Nuestra sociedad anima a estar siempre ocupado incluso cuando estamos de vacaciones. Buscamos continuamente cosas para hacer y “no hacer nada” está mal visto. Los niños y los adultos buscamos siempre nuevas ocupaciones para entretenernos. Si nuestros hijos descubren que nosotros también nos aburrimos, lo verán como una circunstancia normal y nos imitarán.
5. Les aparta de los móviles y las tabletas
Aunque no es negativo que nuestros hijos jueguen una o dos horas al día con sus móviles o tabletas, puede llegar a serlo si lo hacen en exceso. No hay nada tan desesperante para nosotros que verles todo el día pegados a las pantallas. Los padres debemos fomentar los juegos simples como entretenerse con un sencillo palo, una piedra o un divertido juego de mesa. Necesitan aprender a jugar con cosas no con juguetes y a desarrollar toda su imaginación. Un palo, una caja, una cesta o una lupa se pueden convertir en el mejor juguete. Si les animamos a jugar con objetos comenzarán a desarrollar su creatividad.
6. Potencia valores
El aburrimiento fomenta la creatividad y la curiosidad al poner a nuestros hijos en la tesitura de explorar. Gracias a estos descubrimientos se fomentarán valores como la perseverancia y la confianza. Nuestros hijos intentarán crear algo para divertirse y si no lo consiguen seguro que volverán a intentarlo. Los padres debemos ayudar a que con estas experiencias a partir del aburrimiento nuestros hijos desarrollen sus valores y sus capacidades.
Fuente: saposyprincesas.com