Siete de cada 10 estudiantes de sexto de primaria (11 y 12 años) no harán este curso la evaluación externa tal como dicta la ley. Las regiones en las que no gobierna el PP, impulsora de la LOMCE y de los polémicos exámenes de fin de etapa, han buscado alternativas para “minimizar” los efectos de la reforma educativa de los populares. El ministerio advierte de que este examen se debe hacer tal como fija el decreto que la regula, con maestros distintos de los que tienen en el aula.
Andalucía, la región con más alumnos de España, ha anunciado este jueves que no hará un examen final externo sino que elaborará informes individuales de cada alumno al acabar el curso. Es la interpretación definitiva que la Consejería de Educación andaluza da a la polémica evaluación para los alumnos del último curso de primaria contemplada en la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE). En Andalucía estudian 91.350 alumnos de sexto, casi el 20% del total. Los estudiantes que no se examinarán tal como fija la norma son 330.997 de un total de 460.025, según los últimos datos oficiales, es decir, el 71%.
Las ocho comunidades autónomas gobernadas por el PSOE acordaron el martes «minimizar» la prueba externa que prevé la reforma educativa del PP. Son, además de Andalucía, Asturias, Cantabria, Aragón, Comunidad Valenciana, Baleares, Extremadura y Castilla-La Mancha. Las dos claves principales son usar a los maestros del centro de sexto de primaria (en lugar de los docentes externos previstos en la norma) y pasar el informe final por una comisión externa.
El real decreto que regula este examen, publicado el 20 de noviembre, establece que se debe hacer una «evaluación final» al acabar el curso y que serán profesores externos los encargados de «aplicar y corregir la prueba». Los socialistas interpretan que su formulación se queda en una «zona gris» y no supone saltársela.
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