He oído muchas veces a madres y padres quejándose de que sus hijos no quieren sentarse a estudiar, y de que están todo el día jugando. Que les cuesta horrores que por las tardes hagan sus deberes, o de que se centren en cosas “serias”, como la lectoescritura o el cálculo mental.

Siempre he pensado que los padres y educadores muchas veces vamos contracorriente y olvidamos que existen razones de peso para que el juego sea el motor de todo aprendizaje.

1.  EL JUEGO PROPORCIONA PLACER Y FELICIDAD

Hoy en día las últimas investigaciones han descubierto que las redes neuronales del aprendizaje se activan cuando la persona está contenta y tranquila, y por el contrario el estrés y el miedo bloquean esa red neuronal, impidiendo el aprendizaje.

Por ese motivo el juego proporciona una herramienta fundamental y es que predispone al niño a aprender en su más amplio sentido. Jugando no solo se pueden aprender los contenidos curriculares, si no también otros aspectos como a hacer la cama, a atarse las zapatillas… para tu hijo todo es un juego, utilízalo para que aprenda.

2. LOS NIÑOS NO TIENEN MIEDO AL ERROR

El juego les da la oportunidad de repetir una acción determinada todas las veces necesarias para perfeccionarla sin que nadie les penalice el error más allá de empezar una nueva partida, o simplemente empezar de nuevo.

Cuántas veces has visto a tu hijo ensimismado en una partida, porque está intentando pasar pantallas o conseguir más puntos. Aunque creas que está perdiendo el tiempo está tratando de aprender de sus errores, para perfeccionarlos y adquirir habilidades que les haga superarse y conseguir sus propósitos.

No quiero decir que  dejes a tu hijo todo el día jugando a las maquinitas, ni mucho menos, pero sí que veas que ofertándole los juegos adecuados, incluso las nuevas tecnologías tienen mucho que aportar.

3. FOMENTA LA CREATIVIDAD

El juego libre,  aquel en el que se deja al niño seguir únicamente a su imaginación, por ejemplo utilizando materiales de formas que muchas veces a los adultos ni si quiera se nos podrían ni ocurrir. O inventando historias y representando papeles, ahora soy médico, o ahora soy un león… los niños van descubriendo su capacidad de crear cosas nuevas.

El juego es un instrumento fundamental para desarrollar la creatividad de los más pequeños, sólo les tenemos que dar los materiales adecuados y dejarles que se sumerjan en su mundo especial, un mundo al que muchas veces los adultos se nos ha olvidado como entrar.

4. PRACTICAN LA CREACIÓN DE ESTRATEGIAS Y COLABORACIÓN

Tanto los juegos de mesa como aquellos en los que hay que seguir unas normas preestablecidas, los niños aprenden a guardar su turno, a  crear estrategias en conjunto o en solitario, para conseguir el objetivo de acabar la partida.

Su mente está funcionando de una manera diferente ya que tiene que seguir las reglas de ese juego en concreto.

El fomentar el uso de juegos de mesa les abre mundos interesantes puesto que puede pasar de jugar el rol de ser un granjero que está construyendo ciudades, al de un explorador que necesita saber todo sobre los animales o ….

Juegos hay miles y con cada uno de ellos los niños descubren mundos nuevos.

5. ES EL MECANISMO INVENTADO POR LA NATURALEZA PARA QUE LOS NIÑOS APRENDAN

En definitiva, todos los niños, e incluso si vamos más allá, todos los mamíferos tienen un periodo más o menos largo en el que su naturaleza les invita al juego. Todos hemos visto documentales donde vemos a cachorros de leones pelearse y jugar mientras la madre les observa plácidamente, y a niños de diversas culturas jugar con algo tan simple como el barro.

El juego es la manera que tienen los niños de adquirir las habilidades que después necesitarán en la vida adulta.

En casa intentamos usar el juego como herramienta fundamental en el aprendizaje de mis tres hijas y asídescubrir otras maneras de aprender.

Hoy la mayor de ellas ya tiene 8 años y a la hora de entender muchos conceptos matemáticos tanto a ella como a otros niños les cuesta mucho asimilar la abstracción de las reglas matemáticas.

En estos casos los papás e incluso maestros no se dan cuenta de que ir contra la corriente evolutiva no solo es más lento sino que además desmotiva a los niños a querer aprender.

¿Cómo cambiaría la historia si utilizásemos esa inercia natural de los niños hacia el juego y lo utilizáramos como vehículo para aprender?

Me encanta el blog en el que ahora tengo la suerte de colaborar porque entiende muy bien este concepto, los niños aprenden jugando, y bajar la abstracción que suponen las matemáticas, o cualquier otra materia, a lo concreto, y además hacerlo en su medio de aprendizaje, el juego, es un éxito asegurado a la hora de aprender.

Fuente de la noticia: http://aprendiendodesusmiradas.com/