«La jornada escolar continua no es beneficiosa para la salud de los niños, sobre todo para los del segundo ciclo de Infantil, que tienen entre 3 y 5 años». Así de contundente se mostró ayer a Levante-EMV la presidenta de la Sociedad Valenciana de Pediatría (SVP), Pilar Codoñer. El cambio de horario que se vota hoy en 315 colegios de la Comunitat, si lo aprueban el 55 % de los padres de cada centro, permitirá concentrar las cinco clases diarias entre las 9.00 y las 14.00 horas. Esto entra en contradicción con las pautas de la SVP para prevenir la obesidad infantil, en las que se recomienda que los niños de 3 a 5 años coman entre las 12.00 y la 13.00 horas como muy tarde y que el alumnado de Primaria (de 6 a 11 años) lo haga entre las 13.00 y las 14.00 horas.

Con el actual horario de mañana y tarde, el servicio de comedor escolar arranca por lo general entre las 12.30 y las 13.00 horas. En los colegios con doble turno de comidas, el primero siempre lo ocupan los niños de Infantil. Sin embargo, en la jornada intensiva que comenzará a aplicarse el lunes 3 de octubre el comedor será imposible que abra sus puertas antes de las 14.00 horas.

La orden de la Conselleria de Educación que regula el cambio horario prohibe que el comedor acabe «después de las 15.00 horas», salvo en los centros con doble turno. En este caso se da media hora más de margen «siempre que el alumnado de Infantil y de 1.º y 2.º de Primaria coma en el primer turno».

«Estamos hablando de un horario de funcionario para un niño de tres años, lo que a los pediatras nos parece una barbaridad», lamenta Codoñer. La presidenta de la SVP explica que «es perjudicial para los niños estar tantas horas sin comer, pues el ayuno o dilatar el espacio entre las comidas genera más grasas». Tras cada comida suben los niveles de azúcar en el organismo, lo que estimula la hormona de la insulina para poder metabolizar la glucosa. Ambos picos, de azúcar e insulina, generan grasas y por ello los nutricionistas recomiendan distribuir la comida en cinco tomas diarias, «con dos principales, el desayuno y la comida». En los niños se aconseja concentrar en el desayuno el 25 % de las calorías diarias recomendadas, el 50 % en la comida, el 15 % en la merienda y el 10 % restante en el almuerzo y la cena.

Codoñer explica que con la jornada continua, en muchos casos los niños que se vayan a casa al acabar las clases, «a no ser que sus familias lo tengan muy preparado, no comerán hasta las 15.00 horas».

El alumnado de Infantil, según la orden, deben tener entre las cinco horas de clase un descanso de 45 minutos que se puede repartir en dos patios, y el de Primaria un recreo de media hora. Para la portavoz de los pediatras, la solución a estar tantas horas sin comer «no es un bocadillo más grande, pues contiene muchos hidratos de carbono y poca fibra». Tampoco los zumos industriales, «pues son calorías vacias». Ni por supuesto la bollería. «Lo recomendable es que coman piezas de fruta en el recreo», añade.

El pasado mayo, un mes antes de que la conselleria publicara la orden de jornada continua, La SVP y el Colegio de Médicos de Valencia presentaron una queja al departamento del conseller Vicent Marzà sobre el retraso de la comida de los niños que implicará el cambio de horario escolar, pero según Codoñer «no ha habido respuesta».

Fuente: www.levante-emv.com