La Asamblea de Madrid ha dado luz verde a una iniciativa de Ciudadanos en la que se pedía que se cambiasen de orientación las tareas que se ponen a los menores en el colegio. La Proposición No de Ley salió adelante gracias al voto favorable del PSOE y Podemos y la abstención de PP. Hay que precisar que este tipo de iniciativas no son de obligado cumplimiento para el Ejecutivo autonómico, pero sí fijan la posición de la Cámara de representantes madrileña sobre este asunto. Es la segunda vez que un parlamento regional aprueba limitar los deberes escolares, después de que la Asamblea de Murcia lo debatiera a petición también de Ciudadanos.
Básicamente, por esta proposición se insta al Gobierno regional a promover «un instrumento legal que regule los deberes en las etapa de Educación Primaria contemplando aspectos tales como el tipo de tareas complementarias (de lectura, de reflexión, investigación) así como el porcentaje de tiempo máximo estimado semanal que deben dedicar los alumnos a las mismas que tenga en cuenta las características de los alumnos».
Los de Albert Rivera aceptaron una enmienda a su texto elaborada conjuntamente por ellos, Podemos y PSOE. En ella, se da más participación al papel de profesores y familias, a través de una comisión de análisis. El texto consensuado pide que se impulse la creación de una comisión de expertos en donde estén todos los sectores implicados en la comunidad educativa para que ésta elabore un documento sobre las tareas extraescolares. Además, pretende que se haga un catálogo de buenas prácticas de los deberes y que se pongan en marcha sistemas de información a las familias sobre la programación de las tareas y mecanismos de coordinación entre profesores de un mismo grupo de alumnos en la educación obligatoria.
La enmienda consensuada pide, además, que se compruebe que todos los colegios recojan en su proyecto educativo los acuerdos de la Lomce, de Mejora de la Calidad educativa, en aras a facilitar el conocimiento de las familias para hacer efectivo el derecho a la libre elección de centro.
Finalmente, se deberá informar del grado de cumplimiento de esta resolución en la Asamblea de Madrid al comienzo del próximo curso escolar.
La iniciativa de Ciudadanos fue defendida por su diputada María Teresa de la Iglesia, quien aseguró que esta cuestión se mantiene como un debate abierto en la comunidad educativa. Por un lado, dijo, hay quien entiende que los deberes son «imprescindibles porque, entre otros motivos, ayudan a crear un hábito de trabajo, orden y de superación en los estudiantes».
La diputada recordó que la propuesta ha partido de una madre llamada Eva Bailén que vio la relación que tenían sus hijos con los deberes. En marzo del pasado año puso en marcha una campaña en change.org para que las administraciones cambiaran la forma de hacer los deberes. A día de hoy, según ha explicado la diputada, ya ha recogido más de 205.000 firmas.
De la Iglesia puso sobre la mesa datos aportados por estudios internacionales que sitúan a España por encima de la media de los países de la OCDE en la cantidad de deberes que deben hacer los alumnos tras la jornada escolar. La diputada recurrió al informe de Unicef denominado «Ayudemos al niño a crecer feliz» en el que se fijan los perfiles de lo que han de ser las tareas de casa. Básicamente, se trata de que preparen al alumno a aprender de forma independiente, a fijar el hábito de estudiar en casa, ser un apoyo a la hora de generar interacción familiar constructiva, convertirse en otra manera de aprender en la escuela, capacitar al alumno y llevar su aprendizaje más allá de la jornada escolar.
La diputada ha dicho que hasta el último momento ha intentado llegar a un acuerdo con todos los grupos pero que se dieron cuenta que había «una barrera», «un rechazo», porque se les daba a entender que su propuesta iba en contra de la libertad de cátedra. «Los padres tienen derecho a decidir cómo educar a sus hijos fuera de las aulas», sentenció.
Para la portavoz de Educación de Podemos, Celia Salazar-Alonso, el sistema instaurado está «presionando» a los menores y a las familias. «No nos podemos permitir una educación que genere estrés y frustración», ha dicho.
Por su parte, la portavoz socialista, Josefa Dolores Pardo, se mostró partidaria de que la educación se vaya adaptando. «Los deberes tal y como están ahora van contra la equidad», ha precisado.
Finalmente, la representante del PP, María Isabel Redondo, agradeció a Ciudadanos que haya modificado su posición para que ellos se pudiesen abstener en lugar de votar en contra.