El hecho de ser padres lleva ya intrínseco el poder. Mi hijo/a depende de mí a todos los niveles: alimentación, educación, afecto y supervivencia. No creo que haya un poder más grande que este. Por lo tanto, el miedo a perder ese apoyo es grande y el deseo de agradar a tus padres también.
Entonces partiendo de esta base, en la que el poder es nuestro y ellos siempre intentan contentarnos, debería ser muy fácil ser padre. Pues no es nada fácil y a veces hay un mal uso de este poder, por exceso o por defecto, del autoritarismo a la permisividad. Debemos buscar el equilibrio: una autoridad positiva basada en el respeto y en el refuerzo y no en el miedo, el grito y el castigo desproporcionado. Pero esta autoridad cuesta, no se consigue de la noche a la mañana. Requiere sacrificio y constancia.
¿Cómo consigo una autoridad positiva?
1. Pon siempre límites
2. Si das una orden, hazla cumplir
3. Da tiempo para que aprendan
4. Premia mucho, castiga poco
5. Huye de los discursos
6. Confía en tu hijo/a
7. Debes ser un modelo de conducta
ERRORES MÁS FRECUENTES:
1. PERMISIVIDAD
2. CEDER CUANDO HE DICHO QUE NO
3. AUTORITARISMO
4. PERDER LOS PAPELES
5. NO ESCUCHAR NI NEGOCIAR