Paren las máquinas. El vuelco de poder en la España autonómica amenaza con detener la aplicación de la LOMCE antes aún de lo que sus críticos habían previsto. El nuevo mapa político muestra un dibujo donde el PP, único valedor de la ley pero que se valió de sus mayorías para sacarla adelante a toda prisa, va a pasar de gobernar en 11 comunidades autónomas a hacerlo en cinco en la que vive sólo el 25% de la población. Y a los nuevos no les gusta la LOMCE.
La ley ya contaba con la oposición de las cinco regiones donde no mandaban los populares, pero eran minoría. Ahora, los más que probables nuevos gobiernos de Valencia, Castilla La Mancha, Extremadura, Aragón e Islas Baleares (todos del PSOE con fuerzas de izquierda) y Navarra (Geroa Bai) anuncian o dejan entrever su rechazo a la ley y su disposición a detenerla. «Es importante paralizar [la LOMCE] antes de que empiece el nuevo curso escolar», resumió en la Cadena Ser el futuro presidente castellanomanchego socialista, Emiliano García Page. No es probable que las reuniones entre comunidades y Ministerio acaben como la última, cuando los disidentes, 5 de 17, se levantaron de la mesa. Ahora serán 12. Derogarla no pueden porque la LOMCE es una ley estatal y no está entre sus atribuciones.
Pero las comunidades autónomas tienen las competencias en educación y en sus manos está aplicarla más o menos, desarrollarla, implantarla o jugar con el papel de las evaluaciones. Para esta campaña cuentan con el apoyo de la comunidad educativa: los cinco sindicatos mayoritarios se han manifestado contra la LOMCE repetidas veces y la plataforma La Educación que nos Une (formado por colectivos como Intermón, Ecologistas en Acción, o Yo Estudié en la Pública) publicó un manifiesto en el que aseguraba que «tras conocerse el resultado de las últimas elecciones (…) seguir con su puesta en marcha [de la LOMCE] sería un insulto a la ciudadanía».
De fondo sobrevuela, además, el vacío de poder en Educación. El ministro, José Ignacio Wert, está a punto de marcharse. Su número dos, Montserrat Gomendio,ya lo hizo. A priori el nuevo titular no iba a tener mucho que hacer hasta noviembre, cuando se celebren las elecciones generales, porque el PP ya ha hecho las reformas que quería (y le ha dado tiempo). Ya tendrá ocupación.
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