Es necesario realizar un cambio ya, acotar el trabajo fuera de la escuelas planteando un protocolo de deberes común para todo el país, siguiendo el ejemplo de otros países europeos.

Estas serían algunas ideas de lo que podría recoger ese protocolo:

– Cuánto tiempo diario de deberes tendrán los niños en cada curso en total (15, 20 o 30 minutos en primaria)

– En qué consistirán esos deberes: lectura, gramática, operaciones matemáticas, juegos interactivos, etc.

– Una estimación realista del tiempo de ejecución de cada ejercicio asignado.

– Para otros tipos de trabajos o proyectos que se vaya a pedir hacer fuera de las aulas, se realizará una planificación trimestral o mensual, dando a los alumnos plazos de tiempo suficientemente extensos como para que se puedan organizar como mejor les convenga.

– En cualquier caso, los deberes o proyectos que se deban llevar completados al colegio, no se pedirán de un día para el siguiente. Se darán plazos que consistirán en varios días.

– La planificación de exámenes se realizará de manera conjunta entre todos los profesores del alumno, con una máximo de 3 exámenes por semana.

– Las vísperas de examen no se pedirá hacer deberes para permitir al niño estudiar.

– Las fechas de exámenes serán avisadas con al menos una semana de antelación.

– Se respetarán las vacaciones y fines de semana, esos días contarían como no lectivos también a efectos de deberes. Esto permitirá a los niños estudiar, leer y realizar otras actividades culturales y lúdicas, como ir al teatro, al cine, a conciertos o a museos.

Si PISA establece un umbral de 4 horas de deberes a la semana en 3º de la ESO, es evidente que a menor edad del niño, se debería asignar una menor cantidad de deberes. Si por encima de ese umbral, los deberes no aportan nada, dejemos que los niños hagan cosas que sí aportan, que sí importan en su educación y su formación.

Ayúdanos a difundir esta petición y a alcanzar nuestro objetivo: los deberes justos.

Gracias

Fuente de la noticia: www.change.org