Se pretende introducir aprendizajes financieros en la escuela para ir formando a futuros inversores, hipotecados, desahuciadas, jubilados por cuenta propia. Y decimos NO.

Los economistas nos dijeron que la tierra se puede cambiar por dinero, que el tiempo de vida humano se puede cambiar por dinero, que la riqueza es el dinero. Cuanto más dinero mejor, dijeron. Y quieren que este “mantra” se repita desde la escuela.

Pero la gente que respira, que come y que cuida, sabe que la tierra muerta, el miedo o la falta de afecto no se resuelven con dinero.

La gente empieza a saber que quienes acumulan dinero no tienen el menor interés en el bienestar de las personas.

Los economistas dicen: si fabricar bombas da más beneficio que fabricar pan, no hay duda: fabriquemos bombas.

Pero la economía crítica responde: nuestro objetivo es supervivencia de las personas y de la tierra en condiciones de equidad.  Si la economía no nos conduce a una vida digna ¿para qué la necesitamos?

El agua limpia no cotiza en bolsa. El cuidado de un abuelo no cotiza en bolsa. Tenemos que aprender a cuidar el agua y al abuelo. Y nos quieren enseñar a cuidar de los fondos buitre.

Queremos aprender economía: el valor de aquellas cosas de las que depende nuestra vida. Y aprender a repartirlas. Una economía sin ética es un monstruo feroz.

¿Aprender a venerar el cerdito-hucha para la jubilación, a desahuciar a Barbie y Ken de su casa? No. Enseñadnos una economía que sirva para vivir felices.

Marta Pascual, Ecologistas en Acción

Fuente de la noticia: http://laeducacionquenosune.org